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Los funiculares del teleférico del parque Waraira Repano perforan una densa y templada nube que le hace de nido al andén donde, luego de unas escaleras, nos ubica en la Plaza de Las Nubes. Un supuesto indigente, que despierta mas gracia que temor, se mete en las conversaciones, persigue señoritas y juega con los niños.Empieza la travesía de 600 metros de camino con piso empedrado y asombrosos miradores a cada lado, donde esperan telescopios para contemplar, del lado izquierdo, la inmensidad del Litoral, y del lado derecho la apacible mudez de una Caracas lejana.El clima es cambiante; de repente todo el cielo se despeja, mostrando un azul atomizado de pequeñas nubes sólidas, y surcan la inmensidad negras aves. Pero de pronto, como por arte de magia, una extensa humareda ensombrece la caminería, empiezan a caer pequeñas gotitas de lluvia y se empañan los cristales de los anteojos y los lentes de las camaras.En los tarantines y kioscos multicolores es posible comprar souvenirs propios del clima frío y acogedor de la zona: muñecas de trapo, cuatros, vino de mora, galletas de vainilla y otros ingredientes, salsas caseras, suspiros, manzanas acarameladas y dulcitos autóctonos. Algunos de estos insumos provienen de los estados andinos, otros los traen de la Colonia Tovar (Ara). También se encuentra una variopinta oferta de flores que se cultivan en Galipan, que preña las laderas de El ívila y queda a apenas 10 minutos en yips, colectivos que embarcan en los predios del Waraira Repano.Parada obligada. El visitante puede degustar una fresca cachapa con queso, un delicioso vaso de fresas o melocotones con crema, un sandwich de pernil, perros calientes, un cafecito hirviendo o un calido chocolate en taza que amaina el estremecimiento del 'pacheco', como es conocida la brisa gélida que arropa al Waraira Repano y, en temporada de lluvia inunda cada rincón de Caracas entera.También hay varios restaurantes: de hamburguesas, de sushi, de fondues (se sirve una cazuela de agua y aceite hirviendo, o queso, y se disponen pinchos de carne, pollo o pan para remojarlos y comerlos), como La Cima, con un ambito de antaño forrado de mobiliarios de madera oscura.Pero a medio camino hay algo asombroso - ademas del infantil y presunto indigente que no deja de bromear con los visitantes-: un bandoneón melancólico que no tiene cabeza y, sin embargo, entona languidas melodías de otras tierras, cercado por espirales formadas por burbujas de jabón que le sopla un niño.Llegamos al final del recorrido y se erige un solemne edificio de arquitectura circular y que data de los tiempos de Pérez Jiménez (construido en 1956): el hotel Humboldt. Por ahora esta en reestructuración y próximamente sera abierto al público. Frente a este se encuentra el asta de la bandera, de mas de veinte metros, que ondea majestuosa su tricolor.Diana y Jorge, dos visitantes que retozan cariñosamente en un banquito de esa zona, cuentan que han venido a celebrar su aniversario de novios y que al menos una vez al mes planifican subir al Waraira Repano porque el ambiente es 'distinto y muy relajante', ya que encuentran un lugar para conversar, comer algo fuera de lo común e incluso rumbear. Un grupo familiar de una decena, los Peña, han venido a pasear y, luego de las 6 de la tarde, disfrutar de la discoteca Cabina Bar (que abre, de jueves a domingo, hasta las 3 am), porque uno de ellos esta de cumpleaños y celebraran allí. El indigente se acerca a la pareja y los remeda, para luego evidenciar su intención: recordarles que boten la basura en su lugar y reciclen sus desperdicios. Arte inesperado. Porque el indigente (como también el bandoneón sin cabeza y muchos otros artistas) es parte de los grupos culturales que son invitados al Waraira Repano para expresar su arte al aire libre. Es común que se presenten, a título del parque, grupos musicales, actorales, de danza, estatuas vivientes, bailarines y payasos para el disfrute de pequeños y grandes.El parque abre sus puertas de miércoles a viernes de 10:30 am a 6 pm, los martes desde las 12 m y los fines de semana desde las 8:30 am. Se puede bajar hasta las 10 pm. Imponentes vistasJosé
Molina, supervisor de seguridad del Waraira Repano, expresó que en las
temporadas bajas el parque recibe un aproximado de 5 a 6 mil visitantes
diarios. En temporada alta este número se duplica debido a la afluencia
de planes vacacionales. Comentó que actualmente tanto el hotel Humboldt
como la pista de patinaje sobre hielo se encuentran en proceso de
remodelación por lo que, hasta nuevo aviso, no estaran abiertas al
público. Enfatiza en la amplia variedad de puestos de comida rapida,
souvenirs y atracciones como el parque de niños para la recreación.
Recomienda asistir al parque con previa planificación para disfrutar del
mejor clima y, de esta forma, poder apreciar la imponente vista hacia
La Guaira y Caracas.... REGRESAR |
| Fecha publicada: 21/09/2014 Fuente: Ultimas Noticias Tema: turismo
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