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La palabra déficit es una constante cuando se habla de la educación venezolana sin importar si es privada u oficial. Mientras en algunos colegios públicos sus directores cobran una mensualidad (a escondidas) para cubrir los gastos mínimos, en otros planteles privados sus representantes le han hecho caso omiso al decreto del Ministerio de Educación que congeló la matrícula escolar y prohibió que se hicieran aumentos. Por lo tanto están haciendo donaciones o aceptaron pagar un aumento.
Ana Díaz (nombre ficticio) trabajó hasta el mes de julio en la coordinación de planteles privados de la Zona Educativa de Miranda. Allí observó la falta de insumos que tienen los colegios públicos porque los materiales asignados no llegan a su destino. "Antes había una partida que llegaba a los colegios públicos, pero desde que crearon las misiones el dinero en efectivo se les empezó a dar a ellos y a los planteles le entregaron material de limpieza y resmas de papel. Los insumos eran escasos y de mala calidad. Por ejemplo, en La Castellana, en el preescolar Virginia Vera, cobraban 100 mil bolívares por alumno para mantener el colegio".
División entre privados
Octavio de Lamo, presidente de la Cámara Venezolana de la Educación Privada (Cavep), quien tiene 118 colegios adscritos en el área metropolitana, explicó que no está de acuerdo con las donaciones que algunos colegios privados le han pedido a los representantes de los alumnos. "Defendemos la tesis de que hay que mantener los precios completos de las mensualidades de acuerdo a lo establecido previo al decreto de congelación. Los cobros disfrazados no protegen al colegio y harían entender que la resolución es válida".
Esther Muñoz, quien tiene una hija y dos nietos estudiando en el colegio La Consolación, no está de acuerdo con las donaciones y aseguró que en julio se realizó una asamblea de padres para acordar el aumento de las mensualidades. "Debemos pagar 20% más aunque algunos padres estamos en desacuerdo".
Por su parte, Nancy de Martín, presidenta de la Federación Nacional de Padres y Representantes (Fenasopadres), dijo que "el costo para mantener los colegios aumenta, hay que pagarle a los profesores y cumplir con leyes como la Lopcymat. El Ministerio no puede mandar sobre el bolsillo de los padres, quienes dan donaciones a los colegios por la calidad de la educación de sus hijos".
Cuando María Freitas asistió a la asamblea de padres y representantes de la institución privada en donde estudian sus dos hijos, los padres acordaron que había la posibilidad de dar una donación. Pero cuando hizo la inscripción la donación fue obligatoria. "Deberíamos tener la posibilidad de donar el monto que podamos pagar. No debe ser una imposición", afirmó Freitas.
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