La beligerancia política que caracterizó a Luis Beltrán Prieto Figueroa es algo que nunca se coló hacia las aulas en las que enseñó. Su oreja está en el logotipo del partido socialista Movimiento Electoral del Pueblo –fundado en 1967 al desligarse de Acción Democrática, que sus militantes intentan ahora rescatar en medio de la hegemonía del PSUV. Ahora en ella timbra el nuevo currículo escolar. Antes que político, su vocación fue siempre de maestro. Eso lo dice Prieto Figueroa en sus escritos. Pero, por cosas de la vida, vuelve a estar como fundamento del cambio de currículo que emprenderá el Ministerio de Educación, criticado por su tajante corte político, y es que en nombre del maestro Prieto se enarbola la bandera de la construcción del socialismo del siglo XXI.
Figura junto a Belén Sanjuán, en lo que llaman el humanismo social, y con Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora como idearios del proyecto.
Para la hija del maestro, Cecilia Prieto, presidenta de la fundación que resguarda la obra de su padre, la modificación del currículo escolar es una oportunidad para "hacer justicia a su pensamiento", que considera vigente.
A las críticas por la presencia del pensamiento político del presidente Hugo Chávez en el currículo, Prieto responde recitando los postulados que su padre dejó escrito en su libro El Estado Docente. "Se supone que en un Estado socialista la escuela debe ser socialista", parafrasea, y explica uno de los principios que fundamentan el nuevo pensum: "Es responsabilidad de los Gobiernos procurar la educación gratuita para todos, como también es tarea de quienes mandan motivar una discusión seria de la educación que se quiere", algo que, asegura, se ha dado.
"Las transformaciones curriculares siempre han sido cosas de especialistas. Lo que puedo decir del nuevo currículo es que debe ser lo suficientemente flexible para que los maestros maniobren, debe hacerse énfasis en la regionalización, porque no puede ser lo mismo la educación en la costa que en el llano, y debe estar sustentada en la formación del docente, la persona a la que se le debe poner toda la fe, porque se ha especializado en educar", sostiene.
Cecilia Prieto señala que al maestro lo tildaron de comunista y de ateo, porque defendía una escuela laica y universal. "Él era un demócrata, con una política de puertas abiertas. En casa nos enseñaba a ver nuestra realidad de forma global, porque veníamos de la escuela de la palmeta de Gómez, de la escuela para indios, y el soñaba con una escuela liberadora".
El magisterio combativo.
Casto Gil Rivero, fundador del MEP, recuerda con desazón que a Prieto Figueroa le tocaba ser el candidato de AD. El maestro, que nació en La Asunción, Margarita, en 1903, creció en un hogar político.
Eran tiempos de rebeliones y de coerciones. En ese terreno, poco fértil para el nacimiento de organizaciones, fundó la Sociedad Venezolana de Maestros de Instrucción Pública, semilla de la Federación Venezolana de Maestros, el primer gremio del país, que antecedió, incluso, la creación de los partidos políticos. Ante todo, asegura su hija, Prieto Figueroa tenía fe en el papel del docente como líder.
"Mi padre fue el gran organizador del siglo XX. Creó las instituciones que necesitaba un país moderno", dice, al recordar las escuelas experimentales y técnicas y el Instituto Nacional de Capacitación Educativa, INCE –ahora con apellido socialista-, que tienen la huella del maestro. Pero el tiempo a veces se convierte en paradoja: es ahora la FVM un gremio al que el Gobierno observa de forma indiferente o que, posiblemente, ni siquiera mira.
Para el historiador Guillermo Luque, quien se especializado en la obra de Prieto Figueroa, el Estado Docente es la idea que más visiblemente ha rescatado el Gobierno actual. "Ninguna sociedad moderna puede renunciar a que el Estado intervenga, no se puede dejar la educación en manos de cualquiera. Esto no niega que la sociedad y la familia estén presentes. Al menos eso pensaba el maestro Prieto. Él consideraba que la comunidad debía organizarse para que la escuela funcionara mejor y para que los funcionarios públicos no se apoderaran de ella".
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