|
|
|
En el momento en que coinciden su cumpleaños número 65, los 40 años de su ordenación sacerdotal y los 25 de su nombramiento como arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino parece tener un deseo fundamental: convencer al oficialismo de que cuando la Iglesia critica al Gobierno no lo hace con ánimos destructivos, sino con la sincera esperanza de ayudar a construir un país en el que los venezolanos de todas las tendencias políticas puedan vivir en paz.
–¿El Gobierno está sacando la religión de la escuela y a los religiosos de la educación?
–En 2006, el Gobierno comenzó a hablar de que la educación en Venezuela es laica, y que por ello no hay que dar religión en las escuelas. Eso va contra una inmemorial tradición, contra los derechos del pueblo venezolano y contra la misma Ley Orgánica de Educación. Sacar a Dios de las escuelas es buscarse un pleito innecesario. Nosotros no necesitamos ese conflicto, sino puentes, manos tendidas, puntos de encuentro.
–El Presidente no quiere que los niños recen el Padre Nuestro, pero los aplaude cuando exclaman "Patria, Socialismo o Muerte"....
–Eso es gravísimo, sobre todo porque es una politización de la niñez, que está prohibida por la Ley Orgánica de Protección del Niño y el Adolescente. Es una indebida utilización de un niño para promover un eslogan que 90% del pueblo venezolano rechaza, porque aquí nadie está deseándole la muerte a nadie. No tenemos por qué estar mencionando la muerte en actos públicos, y menos en las escuelas.
–¿Están sacando la religión de las escuelas, pero están metiendo la ideología? –Eso está prohibido expresamente en la Constitución Nacional, que dice que la educación debe ser democrática y abierta a todas las corrientes de pensamiento. No se puede inducir una ideología política.
Porque una cosa es hablar de solidaridad, y otra cosa es imponer el socialismo.
–Teníamos tiempo que no veíamos a la Iglesia tan movilizada como ahora con la reforma. ¿Qué es lo que más les preocupa de ese proyecto?
–Los obispos nos hemos movilizado en muchísimas ocasiones, siempre teniendo presente el bien común y la necesidad de la paz en Venezuela.
En 1958, recién caída la dictadura de Pérez Jiménez, los obispos publicaron un documento sobre la filosofía social que debería orientar la vida del país.
En 1989, después del Caracazo, subrayamos los grandes vicios que habían llevado al estallido social. En enero de 1992, tres semanas antes del golpe de Estado, alertamos que se estaban dando condiciones para soluciones de fuerza. Lo que nos moviliza siempre es la búsqueda del bien común y de la paz entre los venezolanos.
–¿No habrá paz si se aprueba la reforma?
–La reforma como tal no va a resolver los graves problemas que agobian al pueblo venezolano: la inseguridad, la delincuencia, la improductividad, la pobreza, el desempleo, la corrupción y, sobre todo, la división entre los venezolanos.
Eso no lo resuelve una reforma.
Más aún, yo temo que la reforma va a ahondar esas dificultades. Venezuela lo que necesita es la conjunción de todos los sectores para resolver los problemas que tenemos.
–¿Le pediría al presidente Chávez que deje ese tema de la reforma hasta ahí?
–No, yo no me meto en eso.
Pero eso deberían de instigarlo otros grupos. La reforma no es una cuestión de vida o muerte para el presidente de la República. Él ya está electo. Tiene su popularidad, su mandato legítimo, y va a seguir gobernando.
Esta no es una cuestión por la cual hay que dar la vida. Se hizo una propuesta, y a una persona le puede gustar y a otra no. Y eso es absolutamente legítimo, y nadie debe ser llamado barriga verde por el hecho de que no le guste.
–Se ha dicho que la reforma va a conducir al marxismo. ¿Usted comparte ese punto de vista? –En la propuesta de reforma no se menciona el marxismo, pero se habla muchísimas veces del socialismo y del Estado socialista. Yo creo que es muy legítimo que un gobierno tenga una ideología socialista. Hay gobiernos socialistas en Europa. Los partidos socialistas pueden estar en el gobierno y hacer una labor de acuerdo con su ideología, pero dentro de un marco de un estado de derecho, democrático y pluralista.
Pero cuando tú hablas de un Estado socialista, estás diciendo que todo el mundo tiene que ser socialista. Y entonces ya no se trata de que haya un gobierno socialista, sino de que todas las estructuras del Estado son socialistas. Habría que preguntarle a la gente si sabe qué significa eso, y si están dispuestos a eso.
–Recuerdo a un cura del colegio San Ignacio que, mucho antes de Chávez, decía que Cristo fue el primer comunista...
–Aclaremos eso. Es absolutamente falso, es incorrecto decir que Cristo fue socialista. Cristo fue el hijo de Dios hecho hombre. Él rechazó absolutamente cualquier connotación política de su predicación y de su misión. El cristianismo no es un régimen ni un sistema ni filosofía política. Y el socialismo no es la implantación del reino de Dios sobre la tierra. Decir que todos los venezolanos tenemos que vivir en un Estado socialista no está de acuerdo con el cristianismo ni con lo que afirma la actual Constitución.
–Hubo una época cuando los obispos se reunían regularmente con el oficialismo. ¿Eso se acabo? ¿Se rompieron las relaciones?
–No es que se hayan roto las relaciones. Simplemente que no ha habido la respuesta a esa invitación de reunirnos que nosotros le hicimos al Presidente.
No hemos tenido respuesta. Yo creo que es importante porque hablando se entiende la gente.
Y nosotros no estamos en plan de confrontar. Simplemente queremos manifestar lo que pensamos. Es lo mejor para todos los venezolanos.
–¿Y qué le diría al Presidente si se reúnen?
–Hablaríamos sencillamente de los caminos para buscar la paz. Los obispos tuvimos una reunión muy buena con el jefe del Estado en enero de 2006. Una reunión excelente, de tres horas y media, y quisiéramos que eso se repitiera.
Es falso que Cristo haya sido socialista
REGRESAR |
| Fecha publicada: 24/09/2007
Fuente: El Nacional
Tema: educacion
Tags: Regreso a Clases 2008
NOTICIAS RELACIONADAS |
*** noticias no disponibles *** |
|
