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Cuando el caudillo era candidato, vendía ilusiones y se decía demócrata le prometió a Caracas transformar el aeropuerto de La Carlota en un gran parque. Hasta se comentó que Fruto Vivas lo diseñaría, siendo el agua elemento cardinal. Tal promesa ganó simpatías porque si algo hace falta en nuestra capital son parques, infraestructura vial, un buen sistema asistencial y mejor educación. Han pasado muchos años y los vecinos sólo han visto, en el añorado espacio, a la parafernalia bélica con sus enormes helicópteros -que deberían estar persiguiendo secuestradores en los estados fronterizos- máquinas que hacen huecos, rumbosas fiestas y la tan costosa como inútil reja que circunda este valioso espacio.
Resulta que el magnífico cambió de idea, cosa que ocurre con frecuencia. El destino de La Carlota -en contra de la opinión de los Consejos Comunales, de los habitantes del sector, la lógica urbanística y el deseo de desarrollar una cultura ambiental -aparentemente será un complejo habitacional excluyente que beneficiará a pocas personas. Niños, jóvenes y adultos demandan esos espacios comunes e incluyentes. También, las comunidades exigen nuevos ejes viales para reducir la abultada factura de horas hombre y el combustible contaminante que se desperdicia cada día.
¿Por qué no gastar el dinero transformando los espantosos barrios montanos, el sur y el oeste del viejo casco central en lugar de sembrar edificios en una zona que bien podría ser para todas las comunidades del valle? ¿Por qué no rescatar para el pueblo la enorme propiedad que ocupa Fuerte Tiuna y desarrollar un complejo de parques y museos? ¿Será cierto que, sin consultar a la comunidad, ya fue publicado el llamado a licitación para el complejo habitacional? ¿Por qué el Presidente no honra su palabra con la oferta pública de darle poder al pueblo? ¿No sería es más útil crear parques que cerrar colegios? Las comunidades sólo importan cuando son sumisas.
Observen el deterioro del sistema educativo nacional y sus comunidades. Escuchen las amenazas del poderoso contra quienes aspiran a una educación de calidad y en libertad. Esa es la medida del irrespeto al soberano. ¿Acaso existen colegios y universidades para complacer gobiernos? ¿Por qué será que cerrar medios de comunicación y centros educativos es común en regímenes totalitarios y raro evento en las democracias? Queremos más parques y menos armamento.
El Gobierno existe sólo para atender las demandas de los ciudadanos, el Presidente, en una democracia, es sólo el administrador de la voluntad del pueblo, debe decir la verdad y honrar sus compromisos. Si el actual cree que el pueblo lo quiere como dictador, porqué no incluir en su propuesta constitucional artículos explícitos y preguntas nítidas en el referéndum: ¿Está usted de acuerdo en eliminar el sistema democrático y designarme Dictador vitalicio? ¿Está usted de acuerdo en que yo decida dónde y cuándo se hacen parques y jardines? ¿Está usted de acuerdo en que sus hijos sean formados de acuerdo a la ideología militarista de mi partido? ¿Está usted de acuerdo en eliminar la propiedad privada y la voluntad soberana de los ciudadanos? REGRESAR |
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