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En Venezuela existe un déficit habitacional de un millón cien mil viviendas. Las cifras del Banco Central las destaca Julián Acosta, director de División de Bosch en el país. Ante esta deficiencia, la industria constructora ha intentado asumir el reto: “Cien mil viviendas se comenzaron a construir en el primer semestre de 2007 y cien mil más se esperan para el segundo”, dice. Sin embargo, Julián Acosta advierte que mientras se continúa colocando bloque sobre bloque con un cronograma estrecho, la tecnología de la que dispone el sector construcción “se encuentra rezagada”.
Bosch aprovecha este contexto para lanzar dos nuevos martillos demoledores y contribuir con la plataforma instrumental de las obras. El objetivo “es pasar de la era de piedra a la del martillo en materia de perforación y demolición”, ejemplifica.
Los martillos que ofrece Bosch son un apoyo a la productividad en la medida que reducen tiempo de actividad y mejoran la efectividad del trabajo. “La proporción exacta es de tres a uno; es decir, con un martillo percutor tradicional para hacer 50.000 perforaciones se debe invertir tres veces más tiempo que si se hace con un martillo perforador Bosch. Vamos a reducir el trabajo en una tercera parte, sin hablar de la mandarria”, asegura Acosta.
Uno de los martillos es denominado Bosch GSH 16-28. Es un demoledor que cuenta con la posibilidad de destruir 1.700 kilos por hora. Otro es un martillo inalámbrico con un sistema de batería de iones de litio. Esta herramienta, considerada por la compañía como “única en su categoría”, implica un reto de mercado, explica Luis Bressane, gerente de Mercado de Bosch en América Latina.
“La cultura latinoamericana está acostumbrada a los equipo eléctricos.
Presentar un elemento que funciona con batería es un cambio de tendencia ambicioso. Esta tecnología será la punta de lanza en las próximas décadas”.
PERFORAR EL MERCADO
La empresa alemana tiene 75 años en el mercado internacional y 50 en el nacional. Además de este valor en experiencia, Bosch creó el primer martillo en 1932. Sus directivos reconocen como competencia a Hitachi, Makita y Dewalt, pero aseguran que “es difícil superar la maestría que se deriva de la invención”.
“No tenemos los productos más baratos. Producimos herramientas para profesionales, de los cuales depende y proviene la ganancia de las constructoras”, indica Leon Kaiser, vicepresidente de Bosch Latinoamérica.
Los precios de la familia de martillos pueden variar: un martillo perforador de dos kilos tiene un costo de 750 mil bolívares, uno demoledor de 27 kilos ronda los 7 millones, mientras que el Bosch GSH se ubica en el orden de los 5 millones.
Latinoamérica es uno de los mejores mercados de Bosch, indica el vicepresidente.
Venezuela es el tercer país con mayor demanda en la región, después de México y Brasil. De este proviene el 60% de los productos Bosch al país, “por razones de cercanía y similitud en los modos de producción de ambas regiones”, explica Luis Bressane.
El mercado de consumo de martillos en Venezuela es de 9% con respecto a un 20% mundial. Esta cifra significa para Bosch un terreno “que asegura un importante potencial de desarrollo”.
Este porcentaje planea aumentarlo Bosch con “demostraciones en construcciones, experiencia que se realizó durante las obras levantadas durante la Copa América.
Luego se reforzará la red de distribución”, revela Julián Acosta. REGRESAR |
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