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A los economistas que apoyan al Gobierno, la reconversión monetaria les ha servido para vincularse y responder a las críticas que recibe el bolívar fuerte, sobre todo las observaciones que aseguran que nace débil debido a la inflación.
Algunos expresaron sus opiniones de manera independiente, en su papel de asesores e investigadores de organismos públicos, como Guillermo Ortega; otros, como Jesús Faría, optaron por salir en defensa de la reconversión –casi al mismo tiempo que la reforma constitucional– a través de la Asociación Bolivariana de Economistas Socialistas (ABES).
En uno y otro caso se cuestiona que la reforma monetaria sea tema de las discusiones entre chavistas y oposición, aspecto que -según criterio de estos técnicos- complica el desarrollo de las políticas económicas.
"Esa batalla de credibilidad y expectativa ha sido muy difícil por toda la efervescencia política que ha habido en los últimos años, y el tema de la reconversión monetaria está dentro de la batalla política, a juzgar por las críticas que se le hacen al proceso", señaló Guillermo Ortega.
"En Venezuela se ha debido hacer desde hace mucho tiempo un ajuste en el cono monetario y en la estructura de denominaciones", agregó.
Inflaciones anteriores.
Desde la ABES se argumenta que las políticas económicas emprendidas durante los segundos gobiernos de Carlos Andrés Pérez y Rafael Caldera, entre 1989 y 1999, generaron mayores presiones inflacionarias que las que se estarían registrando en la actualidad.
"Esos economistas de la oposición, que tratan de dar lecciones al Gobierno de cómo se maneja la economía, llevaron la inflación a 80% en 1989, 72% en 1994, una crisis financiera en 1994, y una inflación superior a 100% en 1996", responde Jesús Faría.
"Ellos fueron los que ocasionaron una destrucción sistemática del aparato productivo que elevó las tasas de desocupación", añadió.
Más sencillo.
Estos economistas le responden a sus colegas que la entrada en vigencia del bolívar fuerte, por sí misma, no es una medida para estabilizar los precios de bienes y servicios. Además, señalan que durante el año próximo se tomarán medidas fiscales y monetarias que permitirán una reducción de la inflación.
Ortega explica que con la reconversión todo lo que está expresado en una cantidad monetaria pasará a estar indicado de manera equivalente en una cifra menor sin afectar ingresos y gastos.
"En el supuesto negado de que nos quedásemos en el entorno de inflación que estamos ahora, la reconversión monetaria tendría ganancias transaccionales en términos de simplificación del sistema de pagos", afirmó el economista.
Faría también identificó como uno de los principales objetivos de la nueva moneda la simplificación de los pagos y las transacciones comerciales.
"La reconversión monetaria no va a eliminar la inflación porque si eso fuera así, desde cuando lo hubiéramos hecho, sino que tiene como propósito restablecer la funcionalidad del dinero como medio de pago y simplificar el valor de las mercancías, debido a que han aumentado los precios y la denominación del dinero, y por eso hay que llevarlo a una nueva dimensión", dijo.
El representante de la ABES mencionó que, como medidas complementarias, se adoptarían una política monetaria orientada a elevar la tasa de interés de las cuentas de ahorros y una mayor racionalidad en el área fiscal, principalmente para "reducir el burocratismo y la corrupción". REGRESAR |
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