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Parece que algunos negocios le tienen miedo a la reconversión, pues a diferencia de otros inicios de año, todavía el 2 de enero no se atrevieron a subir sus santamarías en espera de la total normalización de las operaciones bancarias.
El centro y este de Caracas lucieron desiertos en pleno día hábil. Sólo panaderías, farmacias, abastos y supermercados abrieron sus puertas para enfrentarse a la experiencia de utilizar los bolívares fuertes.
Incluso en el Centro Comercial Sambil de Caracas no se observaron todos los comercios abiertos, aunque la mayoría sí estaba en funcionamiento.
El presidente del Indecu, Samuel Ruh, resumió la situación vivida durante el estreno de la reconversión en una frase: "es como usar un zapato nuevo, al principio molesta un poco".
El funcionario resaltó que en el operativo desplegado a lo largo del país se percibió que la gente estaba un poco confundida con la eliminación de los tres ceros a la moneda, pero nada fuera de lo normal
Sin reportes
Igualmente, Ruh destacó que se ha registrado un ligero retardo en los pagos, si bien en general no se han generado problemas graves con el inicio de la reconversión monetaria.
En tal sentido, los 280 fiscales que desplegó el Indecu a nivel nacional no recibieron reportes de los consumidores acerca de trabas de las operaciones con el bolívar fuerte.
El presidente del organismo gubernamental informó que entre 20 y 30% de las operaciones en los establecimientos comerciales se realizan con la nueva denominación monetaria.
Por su parte, los clientes que asistieron a los comercios en Caracas resaltaron que el funcionamiento de los puntos de venta de los bancos no fue óptimo. Ya se registró una mejor marcha con la autorización de los pagos por esta vía, en comparación con el panorama vivido el 1 de enero, pero todavía el comportamiento distaba de ser normal.
Confusión con el vuelto
En todo caso, los encargados de algunas redes de farmacias indicaron que estaban en capacidad de aceptar las tarjetas de crédito y débito para los pagos de los productos, a diferencia del día anterior, cuando a los compradores sólo les quedó la opción del pago en efectivo.
De todas maneras, lo usual fue que los clientes acudieran a las cajas de los comercios con un fajo de billete, a fin de evitar inconvenientes por el uso de instrumentos de pago que dependieran de la autorización electrónica de un banco.
Y si bien no fue la norma, algunos cajeros de tiendas se confundieron con la entrega del vuelta a los compradores.
El problema que se repitió con más frecuencia se presentó cuando la devolución del efectivo equivalía a un bolívar fuerte y los cajeros regresaban 100 bolívares antiguos al cliente, en lugar de 1.000 bolívares de la vieja denominación. REGRESAR |
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