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'La buena educación básica abre las puertas de las universidades a la comunidad en general, pero de momento es necesario superar las fallas existentes en la formación del individuo, a fin de evitar la exclusión de aquellos, que al finalizar la educación media, no hayan alcanzado los conocimientos necesarios para asumir el reto impuesto por la aspiración de llegar a obtener un título como profesional egresado de las máximas casas de estudio del país'. La consideración la hizo la doctora Cecilia García Arocha, secretaria general de la Universidad Central de Venezuela, y fuerte aspirante al cargo de rectora de la UCV durante comicios a celebrarse dentro de pocos meses. Destacó que el próximo fin de semana se desarrollará en Valencia, un evento en el cual se reunirán los secretarios de todas las universidades del país con el profesor Antonio Castejón, director de la Organización Para el Sector Universitario (OPSU), a fin de conocer el proyecto de este último organismo destinado a sustituir la Prueba de Aptitud Académica, que en principio se presume que fue conformado para reducir el número de bachilleres excluidos de la educación superior.
Enfatizó Cecilia García Arocha, que las universidades cuentan con los mecanismos vigentes necesarios para facilitar el ingreso de los nuevos bachilleres a los estudios superiores, de acuerdo al artículo 26 numeral 9 de la Ley de Universidades, donde se otorga potestad al sector universitario para determinar los cupos. Con base a la conversación con el director de la OPSU, la Universidad Central de Venezuela planteará que el año en curso, sea de transición entre la Prueba de Aptitud Académica actual y la proposición de la OPSU, a fin de definir con mayor exactitud el sistema a emplearse más adelante. De esa forma, se podrán seguir desarrollando los mecanismos internos permitidos por la autonomía organizativa de la UCV, mientras la OPSU busca la fórmula que pudiera ser definitiva. En ese orden, la doctora Cecilia García Arocha, destacó que sólo se busca la concertación; el diálogo entre las partes y a la participación de los distintos sectores universitarios, donde además de estar incluida la estructura de base como es el Consejo Universitario, si no también es necesario el consenso de las facultades, de las escuelas, del sector estudiantil y de quienes forman parte de este conglomerado.
La doctora García Arocha insistió en indicar que mientras no se pongan los ojos en la educación básica a fin de buscar correctivos, será casi imposible disminuir o evitar la exclusión de los nuevos bachilleres. De momento existe esa exclusión, pero de ninguna forma es responsabilidad de la universidad venezolana. Esa exclusión está asentada en la falta de conocimientos de los aspirantes a cursar estudios superiores. De tal forma es preciso entender que en cualquier mecanismo o forma en busca de cupo en las universidades del país, tienen que concatenarse herramientas, con conocimientos ineludibles para poder ingresar a las universidades. Es preciso, que cuando el nuevo bachiller deje las aulas de los liceos, tenga capacidad intelectual suficiente como para aspirar a formarse como el profesional del futuro requerido por el país. De ser así no disminuirá la calidad de la enseñanza. Las herramientas que puede tener un joven interesado en cursar estudios superiores se evidencia cuando es sometido a la prueba de aptitud académica, porque allí afloran sus conocimientos verbales y matemáticos. Eso no sólo le garantiza éxito durante sus años de aula, sino que también lo presentará como un buen profesional. Insistió luego, que mientras no se mejore lo que sucede en la educación básica, aunque el estudiante ingrese por algún mecanismo abierto no culminará una profesión exitosa porque carece de herramientas para enfrentar el desarrollo de la carrera seleccionada.
LA UNIVERSIDAD
También enfatizó la secretaria general de la UCV que la universidad debe tener el presupuesto adecuado para recibir a los nuevos bachilleres. No es sólo de colocar pupitres y abrir puestos. Ese presupuesto debe estar acorde con nuevas tecnologías, para apoyar el bienestar estudiantil, la atención integral del estudiante, con transporte, comedor, becas, reposición de cargos docentes con generación de relevo para suplir jubilados, pero de igual forma con sueldos acordes, a fin de reclutar el personal idóneo, pero también para fortalecer más a los que están adentro.
FORMACIÓN
En la última parte de la entrevista, la doctora Cecilia García Arocha destacó, que durante los últimos 10 años, la mayoría de los nuevos universitarios provenían de las escuelas públicas. En la actualidad un 47 por ciento de los ingresados son de las escuelas públicas y un 53 por ciento de las privadas. Aunque la brecha es pequeña, en la educación privada le aseguran a las familias que los muchachos estarán bien preparados al momento de culminar sus estudios de bachillerato. Mientras en los liceos públicos aún perduran deficiencias, como la falta de recibir suficientes clases de matemáticas, de biología y de otras asignaturas. Todo eso limita las herramientas que pueda tener el muchacho al momento de querer ingresar a la universidad. Hay que corregir; fortalecer la educación básica, como único soporte para poder ingresar a la educación superior. REGRESAR |
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