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El Departamento de Estados de Estados Unidos dijo que apoyaba el intento de la petrolera Exxon Mobil Corp de obtener una compensación 'justa y precisa' por la confiscación de sus activos en Venezuela, pero agregó que no se involucraría en el caso, dijo Reuters.
'Apoyamos totalmente los esfuerzos de Exxon Mobil de obtener una compensación justa y precisa por sus activos, según los estándares de las leyes internacionales', dijo el portavoz Sean McCormack, quien añadió 'pero no estamos involucrados en esa disputa. Es algo que tiene que ser litigado entre Venezuela y Exxon Mobil y varias cortes alrededor del mundo'.
Venezuela decidió suspender las exportaciones de crudo a Exxon Mobil. Tras conocerse la decisión de Venezuela, la petrolera estadounidense aseguró que tomara las medidas necesarias para garantizar el suministro.
'Es nuestra práctica tradicional tomar las medidas apropiadas para cubrir las necesidades de nuestros clientes', dijo Margaret Ross, portavoz de la petrolera.
Paralelamente, en el Congreso de EEUU se habló del tema de Venezuela. La agenda de Estados Unidos hacia América Latina 'no es una agenda contra nadie sino más bien una agenda positiva', declaró en este escenario la secretaria de Estado Condoleezza Rice, según AP.
Rice habló en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, donde el senador Dick Lugar llamó al Gobierno venezolano a mantener esta discusión dentro del marco legal que ExxonMobil y Pdvsa acordaron para resolver sus diferencias.
Indicó que la estabilidad en el comercio libre de los suministros petroleros en el mercado mundial es vital para importadores y exportadores.
Las consecuencias que sufriría Venezuela podrían ser catastróficas para su producción interna en particular al intentar desarrollar sus reservas de petróleo pesado. Así, estimó que los venezolanos podrían sufrir enormemente y su economía podría verse paralizada si los ingresos del petróleo se pierden.
En 2004, Lugar solicitó al Gobierno de EEUU que examinara las perspectivas de una suspensión de envíos por parte de Venezuela y la capacidad de ese país para responder.
Todo este clima de tensión hizo que los futuros del crudo subieran.
Tanto los contratos del petróleo como los de la gasolina avanzaron pese a que un informe del Gobierno mostró que los inventarios estadounidenses de ambos crecieron la semana pasada.
El crudo para entrega en marzo cerró la sesión con un alza de 42 centavos, o de 0,45%, a 93,20 dólares el barril, tras oscilar entre 91,90 y 93,89 dólares.
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