Los estudiantes de bachillerato le temen. Todos dicen que la prueba de admisión de la Universidad Simón Bolívar es dificilísima, la más compleja de las que se aplican en el sistema de educación superior. Mucha gente piensa que, por eso, es excluyente. El Gobierno ha considerado eliminar ese examen y todos los mecanismos internos que tienen las casas de estudio para el ingreso de los nuevos alumnos, y utilizar el promedio de bachillerato como parámetro principal para otorgar los cupos. Hasta ahora, en la USB la admisión se ha definido con 75% de lo obtenido en la prueba y 25% del promedio de la enseñanza media.
Sin embargo, para Daniela, Alvin, Néstor, Marinell y Ricardo la prueba interna no fue el enemigo sino el mecanismo que los incluyó. Ninguno de ellos hubiese podido ingresar en la casa de estudios de Sartenejas si se tomaba en cuenta únicamente su promedio de bachillerato: 11 y 12 puntos.
Ahora estudian en esa universidad y van bien.
Ricardo Giménez tiene 17 años de edad y estudia segundo trimestre de Ingeniería de Computación, una de las carreras más demandadas. Egresó del colegio San Agustín de El Marqués con apenas 11,65 de promedio; sin embargo, logró montarse en el puesto 339 de los mejores exámenes (entre 10.000 jóvenes que presentaron). 'Yo era demasiado flojo en bachillerato, no le paraba a las clases, nunca estudiaba, llegué a raspar, aunque estaba consciente de la importancia de la nota, pero confiaba en mí. Nunca me gustó estudiar, pero ahora sí me gusta'.
Para ingresar en la USB hizo un propedéutico, pero, sobre todo, estudió como loco. 'Me dedicaba demasiado, yo quería entrar'.
Daniela Romero tiene 21 años de edad y estudia décimo trimestre de Arquitectura. Tenía 12,07 de promedio en bachillerato. 'Estudié en el Mater Salvatoris. Ahí te preparan bien, así lleves 13'. Destacó que la diversidad de materias en bachillerato, muchas de las cuales no despiertan interés, desmotivan a los alumnos.
Sostuvo que para la prueba de admisión estudió bastante, hizo cursos: 'Quería estudiar en la USB y le eché pichón'. Expresó que le ha ido bien en la universidad, y agregó: 'Mucho mejor que en el colegio, mientras que muchos que entraron con mejores promedios ya están botados'.
Alvin Gallardo tiene 17 años de edad y estudia primer trimestre de Física. En el colegio Nuestra Señora del Rosario tenía 11,9 puntos de promedio. 'Yo no le paraba al colegio, aunque ya tenía gusto por la Física. No estudiaba ni entraba a clases. Empecé a interesarme como en cuarto año, ya tenía una meta'. En la USB cambió: 'Ahora sí estoy motivado'. Néstor Mendoza tiene 19 años de edad y cursa segundo trimestre de Química. Se graduó en el colegio Las Cumbres con un promedio de 11,7 puntos. 'A mí siempre me decían que ni soñara con entrar en la universidad. Sacaba mala nota porque me conformaba siempre con pasar, por vago'.
Hizo la prueba durante dos años: en 2006 no entró, pero en 2007 se preparó más y sí lo hizo. 'Ahora llevo un promedio decente porque, si no, aquí te botan'.
Marinell Falcón tiene 19 años de edad y estudia quinto trimestre de Ingeniería de Computación. Su promedio de bachillerato en el colegio San Agustín, en El Marqués, fue de 12,6 puntos. 'El colegio es exigente, pero yo no le paraba en séptimo ni en octavo; en noveno empecé a pararle, me di cuenta de que necesitaba un buen promedio. Me inscribí, además, en un propedéutico que me dio técnicas, pero que sólo sirve para reforzarte si tienes buena base. En mi promoción había gente de 17 puntos, pero lo que tenían era habilidad para copiarse. Uno de los primeros de mi promoción presentó la prueba y no quedó'.
Los cinco coincidieron en que lo mejor sería que existieran varios mecanismos de ingreso para dar oportunidad a muchos bachilleres. 'El promedio sólo no vale. La nota del liceo no lo dice todo', expresó Ricardo. Alvin comentó: 'El promedio es relativo, pero la prueba te mide los conocimientos reales adquiridos y la habilidad'. Néstor añadió: 'No se puede comparar un promedio obtenido en un plantel exigente con el de un colegio fácil. Alguien puede tener buena nota por ser el consentido de la directora. La prueba de admisión refleja lo que sabes de verdad'.
Cambio de reglas.
El divorcio de los padres, un amor intenso, la dureza de un profesor, la necesidad de trabajar, una enfermedad, la inmadurez, son razones que pueden llevar a los bachilleres a sacar notas bajas. Hay otro factor: el nivel de exigencia de los planteles.
La psicólogo Ruth Hernández, del colegio Cristo Rey, destacó que si bien el promedio no es alto en esa institución, 'los muchachos suelen salir muy bien, incluso ocupan los primeros puestos en las pruebas de admisión y son estudiantes exitosos en la universidad'.
Considera que el promedio no es una medida confiable, pues depende del plantel. 'Los promedios están muy inflados en instituciones de menor exigencia'.
Alejandro Teruel, secretario de la USB, explicó que desde hace años se estudia el caso de los muchachos que tienen bajas notas y que ingresan por examen de admisión, pues ellos muestran la importancia de la prueba. Explicó que ese examen mide, fundamentalmente, aptitudes numéricas y verbales y no conocimientos específicos, por lo que no debería ser excluyente, pues la aptitud no lo es.
'Insistimos en que debe haber varias formas de ingreso a la educación superior. Pero lo que es excluyente en la actualidad es la baja calidad de la enseñanza del bachillerato.
Culpar al examen es culpar al instrumento por la enfermedad, como si botáramos el termómetro porque tenemos fiebre'.
Teruel consideró injusto para los graduandos que a última hora se amarre el ingreso al promedio.'Se les cambian las reglas de juego a los bachilleres al final del camino. Lo razonable es que sepan, desde que entran al liceo, que sólo el promedio vale'. REGRESAR |
