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Quienes asistirán hoy a la reunión del Consejo Nacional de Universidades coinciden en que la discusión en torno al nuevo sistema de ingreso en la educación superior será larga y difícil. Aunque hay varios puntos de acuerdo entre las autoridades universitarias, el Ministerio de Educación Superior y la Oficina Nacional del Sector Universitario, existen también preocupaciones por el tiempo, así como dudas y discrepancias.
El MES presentó a los rectores el pasado 25 de enero la propuesta sobre la cual se decidirá hoy. Los estudiantes que cursan actualmente quinto año de bachillerato tendrán en 2008 una forma de ingreso que no se fundamenta en la Prueba de Aptitud Académica, pero que tampoco será definitiva. Vivirán el proceso de transición hacia un sistema que continuará en construcción.
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El fin. El ingreso universal es el principio que guía toda la propuesta.
El documento asegura que transformará la educación universitaria venezolana y responderá las demandas de la población.
Gustavo Mata, asesor del ministro de Educación Superior y profesor de la Universidad Simón Bolívar, asegura que el sistema garantizará el acceso de todas las clases sociales a las instituciones.
'Revelará el talento, las habilidades y la capacidad emprendedora de los venezolanos y venezolanas que hasta ahora han sido excluidos', dice.
Las autoridades universitarias han manifestado su adhesión a este principio, aunque han solicitado que su puesta en práctica no afecte la calidad. 'Las instituciones de educación superior tienen como reto la necesidad de buscar un proceso más democrático y de mayor inclusión, pero eso hay que hacerlo desde una perspectiva pedagógica, no discursiva', manifiesta Ocarina Castillo, profesora de la Escuela de Sociología de la UCV y ex secretaria de la institución.
Julio Mosquera, profesor de la Universidad Nacional Abierta, agrega que eliminará la discriminación y que garantizará el ingreso de un mayor número de estudiantes provenientes de planteles oficiales. Es partidario del ingreso libre en las universidades.
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Registro Único. Todo egresado de la educación media se inscribirá en la Oficina de Planificación del Sector Universitario y recibirá un código que será una especie de RIF. Con este número, el Estado podrá saber la demanda real de cupos, así como la movilidad y continuidad de los estudiantes dentro de la estructura. Todas las instituciones de educación superior y sus carreras estarán registradas, lo cual permitirá conocer la capacidad del sistema. Las autoridades coinciden en que con su creación se podrá tener orden e información oportuna.
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El percentil. La fórmula que se aplicará para realizar la asignación de estudiantes (ver infografía) es cuestionada por la Comisión Central de Admisión de la Universidad Central de Venezuela. 'En casos extremos, la misma calificación pudiera representar 100 en una institución y 0 en otra.
Al aplicar este criterio se está dando un trato desigual a personas que en teoría tienen las mismas credenciales académicas, lo que lo convierte en un mecanismo injusto e ilegal desde el principio', dice el asesor del grupo, Jesús González. El profesor agrega que los bachilleres a quienes se les asigne el percentil 0 quedarán prácticamente eliminados de la competencia, que los aspirantes no podrán verificar si recibieron un trato justo porque para ello necesitarían saber las notas de sus compañeros, y dice que el proceso es inauditable por parte de los estudiantes y de las instituciones. Julio Mosquera añade que las notas no son una medida, por lo que la procedencia de las desigualdades no es objetiva. Le preocupa que los estudiantes serán evaluados por sus notas aunque no lo sabían cuando podían hacer algo para obtenerlas. Dice que sería conveniente utilizar otro modelo para evitar que la calificación de un estudiante dependa del desempeño del grupo con el que es comparado.
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La iniciación. Las trayectorias iniciales o cursos de iniciación constituirían una etapa básica para nivelar a los bachilleres y reforzar sus conocimientos.
Aunque hay acuerdo en torno a su necesidad, no está clara su duración ni su aplicabilidad para este año. Para Luis Fuenmayor, ex director de la OPSU y asesor de la institución, podrían durar hasta 10 semanas para compensar las fallas en las materias necesarias durante la carrera. Para Ocarina Castillo debe durar un año. En una reciente reunión con los secretarios de las universidades la discusión apuntó a que tendrán carácter obligatorio, pero los estudiantes tendrán la posibilidad de presentar una prueba y ser eximidos de cumplir este requisito. La vicerrectora académica de la Universidad Simón Bolívar, Aura López, considera que son una alternativa buena, pero que requiere asignación de recursos.
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La regionalización. 'Es muy importante partir de un simple pueblo hacia el resto del continente. En la región llanera se le debe dar prioridad a la industria agrícola, y en Bolívar, a la minería. Si motivamos al muchacho a estudiar esas carreras, el desarrollo podría ser mayor', opina Alexis Pérez, profesor del Colegio Universitario de Los Teques, en relación con el principio que indica que se le dará prioridad a los estudiantes que quieran quedarse en su región.
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