Entre las décadas de 1970 y 1980, fueron varios los accidentes ocurridos en zonas residenciales de la capital causados por aeronaves que salían o aterrizaban en la entonces base aérea La Carlota.Por ello, en 1989, vecinos de Caracas realizaron una protesta alrededor de ese espacio, pidiendo el cese de los vuelos y la transformación de La Carlota en un parque de áreas verdes, de uso recreativo. Esa misma petición se mantiene 19 años más tarde, cuando la construcción de viviendas dentro de esa zona de seguridad ha reactivado la exigencia y el deseo hasta ahora no materializado.
La manifestación fue organizada por la Federación de Asociaciones de Comunidades Urbanas (Facur), que representaba a las asociaciones de vecinos de Caracas. Elías Santana era el presidente de Facur en 1989 y en sus manos estuvo promover la iniciativa.
'La Carlota era un tema de discusión a mediados de 1980, por los accidentes que habían ocurrido. Recuerdo el caso de un avión que cayó en Las Mercedes y otro cerca de La California Norte', comenta Santana.
Estos hechos motivaron el pronunciamiento de los vecinos, quienes pedían mantener el uso de la pista para emergencias, pero sin arriesgar la vida de la población.
'Convocamos a una caravana y cadena humana alrededor de la base aérea. Fue un domingo en la mañana y la cadena comenzaba en la Río de Janeiro, a la altura de Chuao, daba la vuelta por la autopista, pasando por el elevado de Los Ruices, y se empataba con el inicio. La cantidad de personas alcanzó para formar un doble anillo alrededor de La Carlota', recuerda Santana.
Asistieron personas a pie, en carros particulares y en autobuses, provenientes de barrios y urbanizaciones, 'porque La Carlota no es del Este, sino de toda Caracas', expresó.
Llevaron un manifiesto donde pedían al Gobierno que limitara los vuelos, mantener la pista de emergencia y crear un parque para Caracas, integrado al Parque del Este. Lila Rosa Hernández, una niña de Catia, fue quien entregó la carta y una flor al guardia que se encontraba en la entrada principal de la base.
En respuesta, el Gobierno emitió un decreto presidencial que prohibió el vuelo de aviones a pistón.
Días después, el arquitecto Fruto Vivas presentó ante Facur su proyecto de convertir el espacio en un club social y recreativo, con lagunas y piscinas, conectado con el Parque del Este.
Con la prohibición de los vuelos, cesaron los accidentes y los caraqueños se calmaron. Desde 2007, la lucha se ha retomado.
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