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Quien escribió el primero de los cuatro libros que integran el currículo del Sistema Educativo Bolivariano, fue cuidadoso al momento de mencionar los fundamentos legales del nuevo programa. Planteó que el documento está basado en la Constitución de 1999 y respaldó con 10 artículos de la Carta Magna actual la orientación de los contenidos. Veinte páginas después, menciona entre los objetivos de la educación bolivariana términos que estaban en la reforma constitucional que fue rechazada por los venezolanos el 2 de diciembre.
'Promover actitudes de amor y respeto hacia la Patria, con una visión integracionista y de cooperación hacia los pueblos de Latinoamérica, el Caribe y el mundo; conocedor de la nueva geometría territorial y su dinámica, así como de la importancia del desarrollo económico del país desde las diferentes formas de propiedad, como medio para garantizar la seguridad y la soberanía alimentaria', dice uno de los objetivos que se exponen en la página 56.
La nueva geometría territorial era uno de los planteamientos del artículo 16 de la reforma y las formas de propiedad estaban mencionadas en los artículos 115 y 156. Otros temas como el desarrollo endógeno, el poder popular, el humanismo y la producción social no aparecen en la Carta Magna vigente, pero serán aprendidos en las clases con el nuevo programa y se mencionaban 17 veces en la reforma presentada por el presidente Hugo Chávez, en agosto.
El tema de la producción social, de hecho, se mencionaba someramente en la reforma, pero está desarrollado en el modelo curricular, pues en secundaria se aprenderá que sus unidades son el fundo zamorano, el conuco, la hacienda y la granja, entre otras.
Resmil Chacón, profesor de la Universidad Monteávila, quien es a la vez abogado y educador, saca su conclusión sobre la presencia de estos términos en el prog r a m a q u e elaboró el Ministerio de Educación: 'Se ve que lo tenían diseñado antes de las elecciones del 2D, porque estaban confiados en que iban a ganar. Les quedó peor. Tuvieron que maquillar las partes donde hablaban ampliamente del socialismo, que es una cosa que la mayoría de los venezolanos rechazó'.
Por el uso de esos conceptos, asegura que el currículo tiene carácter inconstitucional.
La palabra socialismo, en efecto, no está en el documento que ha sido repartido a los docentes, como lo estuvo en la primera versión de fecha 21 de agosto de 2007.
Sin embargo, sí aparece en una de las presentaciones que entregaron a los educadores durante los cursos de formación, en la estrella roja cuyas puntas representan las líneas generales del Plan de desarrollo económico y social de la nación 2007 - 2013. 'La nueva ética socialista, la suprema felicidad social, la democracia protagónica y revolucionaria, el modelo productivo socialista, la nueva geopolítica nacional, Venezuela: potencia energética mundial y la nueva geopolítica internacional' son sus principios.
Chacón asegura que el currículo plantea la formación de ciudadanos en un modelo de Estado que no está plasmado en la Constitución de 1999 y se sustenta en algunos ejemplos.
Cree que hablar de producción social, así como privilegiar los fundos zamoranos y conucos tienen la intención de disminuir y atacar la propiedad privada.
Explica que a lo largo del currículo se manejan palabras que no se pueden criticar por sí mismas, pero que pueden manejarse según la intención gubernamental. El humanismo es, a su juicio, una de ellas: 'Hemos hablado de eso desde el renacimiento e, indudablemente, no es una cosa mala, pero bajo ese concepto se esconde la doctrina socialista.
Hablar de un programa humanista es maravilloso, pero ese término da para todo'.
Problemas y soluciones.
Leonardo Carvajal, del Centro de Investigación y Formación Humanística de la UCAB y miembro de la directiva de la Asociación Civil Asamblea de Educación, menciona que la inclusión de la afrovenezolanidad significa incorporar al programa educativo un término empleado por el Presidente en los últimos tres años.
'Estaba en el artículo 100 de la reforma y ahí hay racismo, pero, al revés, porque está en contra de lo europeo. En primaria están muy sesgados hacia lo indígena y lo africano, a la vez que se corta la realidad al omitir la influencia europea', explica Carvajal. Sobre la propiedad colectiva 'como base de las relaciones de producción', agrega que es una conceptualización incorrecta que pretende ser marxista.
Llama la atención tanto de Chacón como de Carvajal el hecho de que entre los fundamentos legales del programa educativo no se encuentre la Ley Orgánica de Educación de 1980. El profesor de la Ucab lo interpreta: 'No está porque en el consciente del chavismo no aceptan la vigencia de la Ley de 1980. Han querido cambiarla porque para ellos es una especie de ley maldita: de la cuarta republica. Sería lógico que se basaran en esa ley, pero no les da la gana de citar ninguno de sus artículos'.
Juan Carlos Apitz, constitucionalista y ex magistrado de la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo, asegura que el Gobierno contradice con el currículo los artículos 3 y 102 de la Carta Magna y 'se convierte en fomentador de la violación flagrante del texto constitucional'. Ante esa situación, llama a los padres y representantes a activar el artículo 350 para desconocer 'cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticas'.
Chacón asegura que sería posible pedir la nulidad de ese acto administrativo del ME alegando las similitudes con los contenidos de la reforma.
Carvajal lo ve como una opción que demoraría demasiado tiempo. Por eso, prefiere tomar las mismas medidas que el Gobierno: hacer cursos para los maestros y editar libros.
El centro de la UCAB, al que pertenece, empezará en mayo a dictar talleres cortos para preparar a los docentes en el manejo del nuevo programa, partiendo de la premisa de que los educadores 'son dueños de sus aulas'.
Pequeños juristas. En las distintas áreas de aprendizaje (Lenguaje, comunicación y cultura; Matemática, ciencias naturales y sociedad, Ciencias sociales, ciudadanía e identidad; y Educación física, deportes y recreación -en primaria-; así como Lenguaje, comunicación y cultura; El ser humano y su interacción con los otros componentes del ambiente; Ciencias sociales y ciudadanía; Desarrollo endógeno en, por y para el trabajo liberador; Filosofía, ética y sociedad; y Educación física, deportes y recreación -en secundaria-) los alumnos estudiarán la Constitución y las leyes.
Carvajal recuerda que las reformas curriculares en Venezuela han incluido tanto innovaciones científicas como cambios importantes en la filosofía política del país. Por eso, considera positivo que la Carta Magna se analice desde la primaria.
'Si alguien quisiera usar las leyes para hacer propaganda, lo puede hacer, pero nadie le va a quitar la posibilidad a un maestro sensato de hablar de los derechos y compararlos con la realidad que hay en el periódico. Si alguien va a salir mal ahí, es el Gobierno', dice.
Chacón coincide con él en la idea de que propiciaría una verdadera formación ciudadana, porque permitiría a niños y jóvenes conocer sus derechos y deberes. Hace, no obstante, una advertencia: 'El problema es ver qué contenidos se privilegian. Si se busca formar un individuo crítico y consciente, sería magnífico. Si es para una formación ideologizada, estaríamos haciendo un mal'. REGRESAR |
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