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A los 16 años hizo su primer Simón Bolívar, de menos de 30 centímetros de largo. Desde ese tiempo, la figura lo ha perseguido. Tiene a El Libertador en la cabeza y en las manos. Pero cuando moldeó por primera vez al héroe patrio en arcilla, no se asomaba aún la idea del gobierno bolivariano. Entonces, mucho menos podía imaginarse que él se convertiría en el encargado de vaciar en mármol una parte de la historia de la revolución.
Nelson Bermúdez tiene ahora 28 años y, en este momento, se encuentra haciendo el busto del líder estadounidense Martin Luther King. Es la octava escultura que hace para el Paseo de los Insignes de la avenida Bolívar, con el patrocinio del Parlamento Andino. Ya ha hecho los bustos de Farabundo Martí y César Augusto Sandino, entre otros. Cada uno los vendió en 7 millones de bolívares. Pero es también autor de otras esculturas en Caracas y de gran parte de las estatuillas de El Libertador, que el presidente Hugo Chávez regala en sus viajes al exterior. Recientemente, fue contratado por el Ministerio de Información para hacer una pequeña escultura del primer mandatario nacional en su programa Aló Presidente, que el ministro William Lara ha usado como obsequio institucional.
Ahora, Nelson Bermúdez es el escultor más buscado por la revolución. Pero no se ganó ese puesto por ningún carnet del partido. Fue contactado por primera vez por el Gobierno, gracias a las páginas amarillas, donde en un pequeño aviso ofrece los servicios la empresa que creó su padre: Esculturas Bermúdez C.A.
Pura modestia.
Bermúdez vive en Propatria, donde nació; sólo que, ahora, gracias a su trabajo, se ha podido comprar una casa más grande, que es también su taller. Tiene tres ayudantes que se encargan del vaciado de las piezas, y su esposa Yurbin, a quien conoció cuando cursaba bachillerato, se encarga de los retoques. Su hijo también se interesa en el arte y hace pequeños volcanes de arcilla.
En la actualidad, Nelson tiene tanto trabajo con la cantidad de encargos que le es imposible salir los fi nes de semana. En los últimos tres años ha hecho 110 bustos de Bolívar para las escuelas bolivarianas y miles de estatuillas de El Libertador.
No cursó estudios de arte.
Aprendió su ofi cio con su padre, un profesor jubilado en educación artística, de quien heredó el amor por la escultura y el nombre. "Mi papá también ha hecho esculturas en varias plazas, por ejemplo hizo el cacique Yare que está en el estado Miranda", cuenta orgulloso. El muchacho aprendió a moldear desde pequeño. "De niño hacía casitas de cerámica para vender, así me compré mi propio Atari y mi Nintendo; durante la adolescencia hacía jarrones y empecé a hacer esculturas de Bolívar, que vendíamos sobre el carro en la carretera de El Junquito".
Pero la escultura comenzó a hacerse algo más que un hobby: "Me interesé en los próceres venezolanos, porque veía que los habían hecho poco en escultura. Me llamaba la atención la entrega de esos héroes".
Artista cristiano.
No toma ni fuma. "Hay que tener el pulso número uno para esto". Le gusta la fi gura humana, no el arte abstracto. Mientras esculpe, oye salsa, música clásica, reguetón.
Cada música, a su modo, le inspira. Ya tiene casi listo a Martin Luther King. Ha utilizado fotos como modelo "para captar la personalidad". También se ha leído la biografía de este político. Dice que lo hace con todos los personajes para inspirarse.
Asegura que cada vez que moldea se convence de que Dios hizo a los hombres de arcilla, pues la textura capta a la perfección la piel humana. Es muy cristiano. "Mi secreto es dedicarle cada escultura a Dios".
Un mes y medio puede tardar por cada busto, más aún si es la fi gura de cuerpo entero. El busto que más le ha costado es el del Che Guevara. "Me preocupaba porque sabía que iba a ser muy criticado si no se parecía, porque todo el mundo sabe cómo era el Che, pero al fi nal gustó mucho", dice. Le encantó hacer a Manuela Sáez. "¿A quién no le puede gustar hacerla?", pregunta.
Asegura que ha llevado con calma la fama que le ha dado el paseo de la avenida Bolívar.
"Son próceres revolucionarios, pero son personas que hicieron cosas por los demás. No lo he ligado con la política. Si lo juzgan políticamente están en su derecho, pero esa no fue mi intención sino llevarlos al arte".
Su proyecto más ambicioso es moldear un Bolívar sedente de dos metros de alto (proyecto que ha interesado a algunas instituciones del Gobierno y de la Fuerza Armada), hacer una colección de todos los próceres venezolanos y crear en altorrelieve la Batalla de Carabobo.
Ahora no sólo lo busca el chavismo. Lo llamaron –también por páginas amarillaspara hacer un busto de uno de los fundadores de Acción Democrática. "Creo que es de Rómulo Betancourt, no me negué. Les pasé presupuesto, espero que me llamen", dice sonriente. ¿Y si le piden un busto de Bush qué haría? Lo piensa. "No sé, no me gustaría mucho".
Aún nadie le ha encargado un busto grande de Chávez, pero confiesa que le gustaría hacerlo. Aunque todavía no conoce al jefe del Estado en persona, sabe que él obsequia sus esculturas en cada gira. Los próximos líderes que esculpirá para el Paseo de los Insignes son el revolucionario vietnamita Ho Chi Minh y el militar egipcio Gamal Abdel Nasser. Con ellos llegará a 10 de los 11 bustos programados para ocupar los pedestales de la avenida Bolívar. Aún desconoce quién será el último revolucionario que inmortalizará allí en mármol.
El Dato ...
La pequeña
escultura de Hugo Chávez en Aló, Presidente, que el ministro de Información, William Lara, ha utilizado como obsequio institucional, es de su autoría.
Leopoldo Castillo la exhibió en su programa esta semana.
Bermúdez ha hecho siete modelos de estatuillas de Simón Bolívar, que Chávez regala a personalidades de todo el mundo.
Los leones
de la avenida Bolívar y los escudos que están en Tazón y en la Panamericana son obra suya. Hizo los bustos de Bolívar que están en 110 escuelas bolivarianas, y proyecta esculpir a Zamora para 85 fundos zamoranos. REGRESAR |
| Fecha publicada: 13/04/2007
Fuente: El Nacional
Tema: cultura
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