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Los editores no se arrepienten de la decisión que tomaron.
Trabajar sobre los textos escolares que tenían en el mercado y mejorarlos para ofrecer opciones bibliográficas para el año escolar 2008-2009 fue una medida acertada. El currículo no entrará en vigencia durante el próximo período escolar, y los docentes contarán con material actualizado para dictar sus clases.
Según el presidente de la Cámara Venezolana de Editores, Carlos Romero, se llegó a la decisión de producir nuevos textos 'gracias a que las editoriales son dirigidas por empresarios vinculados al ámbito educativo. Y su interés no es meramente económico, sino que responde a la facilitación del proceso de enseñanza a través de la generación de textos de calidad. Si esto no fuera así, la decisión hubiese sido la de no publicar nuevos textos este año. Económicamente parecía lo más indicado'.
Como producir un nuevo libro toma entre cinco y seis meses, los editores señalan que aún hay tiempo para discutir el diseño curricular y crear nuevos textos para 2009-2010. Esto no hubiese sido posible de haberse aprobado el currículo bolivariano para el año escolar que se inicia en septiembre de 2008, pues el diseño sólo se conoció en marzo de este año.
Aunque dicen estar preparadas, las casas editoriales también aclaran que la posibilidad de producir nuevos textos a tiempo dependerá, en gran parte, del diseño que se apruebe –el cual esperan surja de la discusión y el consenso nacional–. Pues, por ejemplo, 'el currículo propuesto es sumamente difícil de desarrollar desde el punto de vista editorial, en especial en el caso de los liceos bolivarianos, porque sus contenidos están muy dispersos', explica Romero.
Lo que cambiarían. Además de la esquematización de los contenidos y su desarrollo en cada uno de los niveles educativos, los editores proponen algunos cambios de fondo para el currículo bolivariano. Así como están de acuerdo con algunas de las novedades que introduce, como el estudio de una lengua extranjera desde cuarto grado, algunos editores critican –por ejemplo– el carácter consignatario del programa y su finalidad militar.
'El problema es que están en juego las editoriales, pero también el futuro de nuestros niños.
10% del contenido del currículo es militar, y lo grave está en que la finalidad del programa también es militar, porque prepara a los alumnos para defender la soberanía nacional', explica la profesora Gloria Tineo.
En cuanto al abordaje de la Historia, el profesor Carlos Balladares advierte que sus contenidos estarían concentrados en la Historia de Venezuela. Sólo 30% del estudio estaría dirigido a la Historia Universal. Por las limitaciones intelectuales que implican, editores y profesores se oponen a las modificaciones que, en lugar de sumar, restan.
Los representantes de las editoriales abogan por una propuesta de currículo que provenga del consenso; por una propuesta que los tome en cuenta. Por su experiencia, dicen poder colaborar para que no existan baches de contenidos. Señalan que el currículo plantea contenidos en ciertos niveles que requerirían que los alumnos hubiesen visto otros con anterioridad, sin que éstos estén estipulados en el diseño curricular. Ellos podrían esquematizar sus propios libros, pero si el currículo es más exacto –en cuanto a contenidos– la labor sería más sencilla.
Quieren participar.
El tema del currículo es prioritario para el sector editorial. La decisión del presidente Hugo Chávez de abrir un espacio para su discusión y de someter su aprobación a un referéndum es vista por los editores como una oportunidad para participar en la elaboración del futuro modelo. No fueron tomados en cuenta al desarrollar el diseño que se divulgó en febrero, y están dispuestos a participar en las mesas técnicas de análisis para presentar las acotaciones que tienen con respecto al currículo propuesto por el Ministerio de Educación.
'Lo que queremos es que el nuevo currículo contribuya a mejorar el sistema educativo, y que los colegios puedan dotarse de libros de todas las editoriales para garantizar la pluralidad', explica Romero. Por su parte, editores como Amelia Tineo, de Colegial Bolivariana (CO-BO), también manifiestan su disposición a revisar el currículo y unirse a la mesa técnica. REGRESAR |
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