Caracas. Cerca de 700 nuevas viviendas están ocupando varias hectáreas del Parque Nacional El Ávila, en la parte noroeste de la capital, de acuerdo con un censo levantado hasta el 30 de marzo de 2008.
Esta información la suministró el ingeniero José Gregorio Delgado, integrante del Instituto de Riesgo de la Alcaldía de Libertador, quien manifestó que todas esas nuevas invasiones son construcciones empíricas, no siguen un patrón de edificación favorable a los ángulos de los taludes del cerro, tienen sobrepeso estructural (pues son de bloque y cemento) y no poseen redes formales para las aguas servidas, lo que genera severas filtraciones.
Citó como el caso más grave la ocupación ilegal que se está dando en la parroquia Sucre, sector Altavista, entre el Plan del Toro y la parte alta de Macayapa, donde actualmente hay 56 viviendas asentadas dentro de la zona protegida y en suelos donde hay derrumbes activos.
Esas casas se unen con otras 384 que están en los linderos de la carretera vieja Caracas-La Guaira, más específicamente por los lados de La Garza y Nueva Macayapa, hasta llegar a Plan de Manzano.
Sin permiso. También en la parroquia La Pastora, en el sector Canaima, hay otras 234 estructuras nuevas y hacia el extremo este de esa zona, Delgado dijo que recientemente contabilizaron otras 30, para un total de 264 casas sin permiso de construcción y que están igualmente sobrepasando los linderos del parque nacional, con el mismo atenuante de tener servicios precarios y malas vías de comunicación.
Otros barrios son la Primera y Segunda Loma del Polvorín, donde se ha dado un urbanismo no controlado dentro del parque. Allí, de acuerdo al censo que maneja el instituto, hay 23 casas que no tienen más de dos años construidas.
En la comunidad Boca Blanca y en la parte alta de Los Mecedores, zona que resultó muy afectada con el deslave ocurrido en 1999, están desarrollándose 16 viviendas con tendencia vertical, es decir, que en vez de ser casas se están convirtiendo en pequeños edificios mal planificados.
Es de hacer notar que por esa área hay muchas torrenteras que en sus cabeceras están llenas de monte y sedimentación, lo que forma un tapón y acelera el riesgo para estas nuevas invasiones.
CAMBIAN ÁRBOLES POR CEMENTO
Durante un recorrido por La Pastora, se pudo constatar que en esa parroquia se está dando, en grandes proporciones, un desarrollo urbanístico descontrolado. Un ejemplo de ello es el sector Puerta Caracas, fundado en el Ávila inclusive antes del decreto de parque nacional. Según sus viejos moradores, allí había, si acaso, una docena de casas, pero hoy ya se cuentan cerca de 58 que, además, están creciendo verticalmente.
Lo otro que comentó José Gregorio Delgado es que, en la parte alta de El Chorrito y en la vuelta La Ceiba, ambas zonas del parque nacional, y que están bien internas en la montaña, están siendo invadidas no por gente que construye ranchos, sino por particulares que inclusive están metiendo materiales para construcción. Estos poblados, dijo, colindan con los linderos de La Guaira, donde se están dando igualmente otras ocupaciones ilegales de gran consideración, pues se trata de un suelo muy malo para la permanencia de gente. REGRESAR |