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Las orillas del río Guaire y los laterales de las autopistas, a pesar de su vulnerabilidad, son espacios atractivos para los sin techo y para quienes abandonan el hogar por problemas de conducta.
Donde más se observan ranchos improvisados es en la canalización del Guaire que está paralela a la autopista Francisco Fajardo, y en la vía expresa que va hacia El Valle y Coche.
Estas casas son fiel expresión de pobreza extrema. En ellas abundan la basura, los animales rastreros y un olor nauseabundo, debido a la carencia de baños y agua potable.
La mayoría de las personas que viven en esos sitios afirman tener vicios y, por tanto, se esconden detrás de los apodos. Incluso durante el recorrido se notó que algunos consumían drogas.
Frente al parque Los Caobos había no menos de ocho hombres saliendo de sus cuevas.
Entre ellos también se vio a un par de transformistas haciéndose su aseo personal en las orillas del Guaire.
Todo ello transcurría justo al frente de una carpa de la Misión Negra Hipólita, organismo que, entre una de sus funciones, tiene como tarea el rescate de esas personas.
Otro caso curioso es la casa en el árbol que está en la autopista Valle-Coche en dirección a Santa Mónica. Allí hay una especie de mueble tapado con una lona donde duerme un recogelatas.
Rayner Irazábal (24) vive más arriba de la casa en el árbol, llegando a La Bandera.
Dice que desde hace un año está debajo del puente y que trabaja como colector en el terminal. 'Tengo mis vicios, pero no me meto con nadie'. Él contó que una ministra lo visitó y le prometió ayudarlo, 'pero pasaron los meses y sigo aquí esperando'. REGRESAR |
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