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A los defensores de Hugo Chávez les gusta argumentar que no existe más alternativa que los irresponsables e impopulares políticos que lo precedieron en la década de los 90. La simple negación es Leopoldo López, el alcalde de Chacao, de 37 años, cuyo aspecto juvenil subraya el hecho de que representa a una nueva generación.
López, graduado de la universidad de Kenyon y Harvard, es un pragmático de centro-izquierda. Ganó su última elección en Chacao con 80% del voto. Una encuesta de opinión realizada este año arrojó una popularidad de 65% en la Gran Caracas, comparado con 39% para Chávez; nacionalmente, le gana a Chávez 42% a 41%. En las próximas elecciones para alcalde de la capital López supera al candidato del chavismo por 30 puntos.
'El Cambio Sí Va', prometen las pancartas azules con la cara sonriente de López pegadas en Caracas. Sin embargo, quizás No Va. Hace dos semanas, el CNE, dominado por seguidores de Chávez, se pronunció para inhabilitar a López y otros candidatos para participar en las elecciones regionales de noviembre, las que se están convirtiendo en las más importantes desde que Chávez fue electo por primera vez hace 9 años.
Esta amplia exclusión está basada únicamente en los descubrimientos de otro designado de Chávez, quien determinó que cada uno de los candidatos es culpable de una ofensa legal o administrativa, aunque ninguno ha sido juzgado en una corte.
Chávez controla el TSJ y parece inverosímil que ni siquiera responda a los recursos interpuestos para frenar la inhabilitación antes de la fecha límite para inscribir candidatos en agosto. López argumentó su caso ante la CIDH en Washington y participó en una conferencia de alcaldes en Miami, donde pudo contarle su historia a Barack Obama. Su punto es simple: 'Estamos siendo obstruidos porque podemos ganar. Tenemos los votos y el Gobierno lo sabe. Si nos deja participar en la elección el mito de que Chávez es el único representante de las masas pobres de Venezuela será destruido. Por ello me están tratando de sacar del juego' López ha sido el blanco de los esfuerzos del Gobierno por algún tiempo. En 2006, maleantes pro-gobierno lo mantuvieron secuestrado por seis horas. Ese mismo año uno de sus guardaespaldas fue asesinado mientras se encontraba sentado en el puesto de copiloto de un carro usualmente utilizado por el alcalde. La semana pasada, cuando retornaba a Caracas desde Washington, fue detenido. La prensa gubernamental, mientras tanto, chillaba de rabia por su reunión con Obama. La reacción fue reveladora: Chávez está claramente preocupado por la posibilidad de un nuevo presidente estadounidense que, a diferencia de George W. Bush, sería ampliamente popular en América Latina y podría presionar para lograr la democracia en Venezuela.
Eso es, por supuesto, exactamente lo que López espera: 'Venezuela ha estado muy enfocada y disciplinada buscando influencia en el resto del hemisferio, pero no ha habido una alternativa clara' me dijo.
'Lo importante es que Estados Unidos avance una agenda que hace de la democracia y los derechos humanos una prioridad, así como la lucha contra la pobreza y la desigualdad. Chávez no tiene respuesta para esto' . REGRESAR |
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