Después de años sin hacerlo, van a un salón en el que recibirán clases de historia, matemática, inglés, computación y geografía; todas a través de videos con metodología y acentos cubanos y venezolanos.
Así se formarán durante cuatro semestres para ser bachilleres de la Misión Ribas y, sobre todo, para recibir otro certificado: el de Vencedores de la Patria. A muchos de ellos les pagan una beca para que la preparación también les reporte algo al bolsillo. Algunos, sin embargo, han decidido que necesario es vencer, pero no tanto.
Las misiones educativas Robinson, Ribas y Sucre involucraron a casi 10% de la población que no había tenido la oportunidad de alfabetizarse, estudiar el bachillerato o ir a la universidad. Creadas en 2003, llegaron a engordar el sistema de misiones sociales -son 13 en total- que en 2008 cumple 5 años.
El Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (Ildis) publicó este año dos estudios sobre las misiones. Yolanda D'Elía y Luis Francisco Cabezas son los autores de Las Misiones Sociales en Venezuela y Thanalí Patruyo del trabajo titulado El Estado Actual de las Misiones Sociales: Balances sobre su Proceso de Implementación e Institucionalización.
Al inicio de la Misión Ribas, el 15 de noviembre de 2003, se informó que comenzarían a estudiar 400.000 alumnos. Un año y medio después -aunque los estudios duran 2 años- se anunciaba la graduación de la primera promoción, integrada por 20.686 'vencedores y vencedoras'. Es decir, 5,7% de la matrícula inicial.
Datos de la Sala Sociogeográfica Situacional Nacional de la Misión Ribas, en Pdvsa, revelan que la cantidad de graduados ha sido irregular: en la primera promoción (mayo 2005) egresaron 20.686; en la segunda (diciembre 2005) 9.235; en la tercera (no hay fecha definida) 132.622; en la cuarta (julio 2006, a cinco meses de las elecciones presidenciales) repuntó a 250.000; y en la quinta (marzo 2007) se fue en picada con 37.960 graduados. En total, suman 450.503 bachilleres.
La cifra total de 'vencedores' coincide con la que dijo Hugo Chávez durante la graduación de la quinta promoción, en marzo del año pasado: 'Yo le decía a los ministros Rafael Ramírez y Luis Acuña que hasta ahora la cantidad de graduados en la Misión Ribas ha sido de 418.000, pero se han incorporado a la Misión Sucre apenas 25.000. Ahí tenemos una falla que debe ser corregida lo más pronto posible'.
Un nuevo grupo de graduados es siempre un logro, pero se convierte en una victoria cuando corresponde al tamaño de la matrícula. Los grupos que cursan en la Misión Ribas suelen ser irregulares, pero cada cohorte ronda los cientos de miles. D'Elía y Cabezas aportan algunas coordenadas.
Los investigadores explican que de una matrícula nacional de 600.000 estudiantes, la misión graduó a cerca de 160.000 bachilleres en 2005 (27%) y, de una cohorte de 500.000, recibieron el título de 'vencedores' 250.000 en 2006 (50%)'.
De acuerdo con datos del BCV de 2005 reportados por D'Elía y Cabezas, del total de estudiantes que desertan, 86% es joven y de la Misión Ribas, aunque el promedio de edad de esta última es de 31 años.
En 2006, 6,1% de la población encuestada por Datanálisis fue beneficiada por la Misión Ribas y en 2007 bajó a 4,6%.
Otra dificultad se suma a la procesión. Un informe de la Fundación Misión Ribas revela que recibió, en 2007, 58% menos recursos de la petrolera en relación con 2006.
Los números cerraron en rojo rojito y por eso 33,78% de las becas no pudieron ser pagadas.
D'Elía señala que investigaciones y denuncias han sugerido una posible migración de la Misión Ribas a la Misión Vuelvan Caras por el monto de las becas -160 bolívares fuertes en la Ribas y 185 bolívares fuertes en Vuelvan Caras- y porque en esta última se otorga la ayuda económica a todos los participantes. Datos del BCV revelan que 36% de los que estuvieron en la Misión Vuelvan Caras era estudiante.
Este año, Vuelvan Caras -la otra misión educativa que se convirtió en Che Guevara porque no levantó cabeza ni cara- está en pleno proceso de reimpulso -unas de las Tres R nacidas después del 2D- gracias a la promulgación de la Ley del Inces, que busca formar a trabajadores técnicos con alma socialista.
En pobreza y sin techo. El Gobierno venía logrando la disminución sostenida de la pobreza según el ingreso de los hogares. Pero, al cierre de 2007, las cifras más recientes del Instituto Nacional de Estadística revelan el aumento del número de hogares que no tiene capacidad para costear los servicios y también los que no tienen ni para la comida.
La Misión Hábitat fue creada en agosto de 2004 y en 2005 dio origen al Ministerio de Vivienda, luego Ministerio para la Vivienda y el Hábitat. Sin embargo, su institucionalización no ha contribuido con su eficiencia. 'Si bien en el campo de la construcción de viviendas hay que destacar que desde 2004 el número de unidades nuevas ha experimentado un crecimiento sostenido, los datos indican que no se han superado ni los peores desempeños de los gobiernos de la década de los noventa', explica Patruyo.
Carlos Andrés Pérez, en 1992, con golpe de Estado y demás, construyó 98.532 casas. El gobierno de Rafael Caldera, con el petróleo a 8 dólares el barril, llegó a levantar 91.979 unidades en 1997; en 2006, el gobierno de Chávez sólo construyó 33.867 viviendas.
Rafael Uzcátegui, en una investigación preparada para el Ildis, precisa que 20% de las protestas durante el año 2007 estuvo relacionada con el problema habitacional. Las fallas de la misión están en la calle.
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