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La estatización del Banco de Santander, la gira del Primer Mandatario venezolano a los países de la Unión Europea y algunas experiencias comerciales de empresarios ecuatorianos pueden, en conjunto, fundamentar la hipótesis de una crisis financiera en el mediano plazo en ese país. Para tal efecto es necesario recordar que una gran disponibilidad fiscal no es necesariamente el antídoto contra una crisis que pudiera estar vinculadas a desbalances como los desequilibrios de los mercados internacionales de productos que Venezuela importa, el enorme gasto público y la ineficiencia burocrática que afecta a las relaciones comerciales con países que exportan hacia ese país; añádanse un alto índice inflacionario y la tendencia a una crónica escasez de víveres. El caso del Banco de Santander da señales contradictorias, pues puede ser el primer paso a una nacionalización del sistema bancario. De producirse, esta situación no será bien observada por las instancias financieras internacionales que se alertarán por la coexistencia de un poder político altamente centralizado -a pesar de la derrota en el referéndum-, grandes recursos petroleros y una estructura bancaria manejada políticamente. Sin duda, un escenario muy cercano al estallido de una burbuja. Las lecciones para el Ecuador son importantes y el gobierno debe hacer un seguimiento muy sistemático. A diferencia del minucioso plan para la concentración del poder -disposiciones transitorias y el régimen de transición institucional-, en nuestro país el modelo de desarrollo propuesto es lírico y doctrinario, salvo que la irresponsabilidad política a la que no somos inmunes afecte a la seguridad jurídica de la inversión y la producción REGRESAR |
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