Dos contratos, uno de ellos para proveer de chalecos de seguridad al gobierno venezolano para la Copa América, iban a servir como cobertura para justificar los US$ 800.000 que Alejandro Antonini debía admitir como propios ante la justicia argentina y así evitar también quedar en problemas ante la agencia impositiva estadounidense (IRS).
El plan, que primero detalló el fiscal Thomas Mulvihill y ayer retomó el defensor del único acusado que reafirma su inocencia, Franklin Durán, le hubiera permitido a Antonini justificar ingresos adicionales en 2007 por US$ 973.069,80.
El defensor de Durán, Ed Shohat, continuó con sus ataques de los últimos días al testigo Moisés Maiónica, al sostener que estaba equivocado y que las facturas eran reales. Pero no pudo desmentir que el destino de esos recibos fuera el encubrimiento en marcha, como planteó Mulvihill.
Shohat argumentó que ambas facturas correspondían a dos operaciones verdaderas de su cliente: una importación de camionetas y una venta de chalecos a la Dirección de Inteligencia venezolana (Disip) para la Copa América de fútbol que organizó Venezuela entre junio y julio de 2007, pero cuya facturación final sólo cerró durante una reunión con el general Henry Rangel Silva, a principios de diciembre.
'¿Usted me dice que no sabe si los documentos que el general Rangel Silva le entregó al señor Durán eran genuinos o falsos?', lo interpeló a Maiónica, al que acorraló durante los últimos días.
-Yo no sé si los documentos eran genuinos o falsos, lo que digo que era falso es lo que trataban de demostrar esos documentos. Eran para probar que Antonini había generado esos 800.000 dólares, lo que no era cierto.
Ambos recibos tienen su propia historia. Discutidos durante semanas, Maiónica y Durán se los entregaron al supuesto 'valijero' durante el almuerzo que mantuvieron en el restaurante Bravo, de Fort Lauderdale. Minutos después, ambos fueron arrestados por el FBI.
-¿Acaso no es cierto que Durán ni sabía cuando llegó a la reunión que Antonini quería un recibo?- preguntó Shohat.
-No es cierto. De hecho, él era el que llevaba los recibos- retrucó Maiónica.
Los papeles
La primera factura correspondía a Venuz Supply, una de las empresas de Antonini en Florida. El domicilio de la firma es el suyo particular: 727 de Crandon Boulevard de Key Biscayne. Monto total: US$ 212.209,33. Por su gestión en la importación de camionetas de lujo a Venezuela. La segunda es más comprometedora. También emitida por Venuz Supply, el monto es apenas US$ 17.500. Pero de la grabación surge que inflaría la facturación hasta US$ 585.000, cifra que además quedó escrita a mano en la factura para que anulara esa y emitiera otra con el monto exigido.
A lo largo de la audiencia, Shohat detectó otra mentira de Maiónica, pero quedó claro que fue su cliente quien le dio la orden a su contador. 'Cuando yo estuve en la oficina de Durán en Caracas, él en mi presencia llamó a Raúl Daza. Le dijo que se pusiera a trabajar en la contabilidad de este asunto', rememoró el detenido.
La premisa era evitar cualquier vínculo directo entre Antonini y la petrolera estatal venezolana, Pdvsa o cualquier otra rama del gobierno, para que no se desatara otro escándalo. Por eso, el 'valijero' le facturaría a empresas de Durán y estas cerrarían los agujeros contables con recibos proveídos por organismos públicos.
Pero además de esa triangulación los últimos días de audiencia también aportaron otros datos sobre las promesas de dinero en danza, hasta mover cifras cuatro veces por encima del monto decomisado en el Aeroparque Jorge Newbery.
Caracas, según la fiscalía y las grabaciones, primero le prometió US$ 1 millón a Antonini, monto que elevó a US$ 2 millones, en parte para que cubriera sus impuestos ante el IRS.
A eso se sumarían US$ 400.000 que Maiónica contó que cobraría él, más otros US$ 375.000 destinados para los abogados en Buenos Aires. Un total de US$ 2,75 millones a los que quizá debían sumarse pasajes y hoteles. Todo, para ocultar los secretos de una valija con US$ 800.000 en su interior. REGRESAR |