El mundo de Moisés Maiónica era el corporativo, el de los ejecutivos con relojes costosos y automóviles de lujo, pero terminó convertido en el prisionero 80120- 004 de una cárcel de EE.UU., por hacer un favor a un ex vicepresidente de Venezuela. Ahora unas esposas adornan sus muñecas en vez de su Rolex de 30.000 dólares, el uniforme beige de reo sustituye sus elegantes trajes diseñados por un sastre italiano, calza chancletas con medias blancas y lleva cadenas en sus tobillos. El abogado de 37 años fue el enlace del gobierno de Venezuela en Estados Unidos con el empresario venezolano-estadounidense Guido Alejandro Antonini Wilson, a quien en 2007 le decomisaron en Buenos Aires un maletín con 800.000 dólares, que presuntamente estaba destinado a la campaña de la actual presidenta de Argentina, Cristina Fernández. Maiónica se encargó de contactar a un abogado argentino para que defendiera en Buenos Aires a Antonini, y evitar así que se conociera el origen y destino del dinero incautado. En una reunión con Antonini reveló que se involucró en el caso a solicitud del ex vicepresidente venezolano Jorge Rodríguez y de Henry Rangel Silva, director de la Disip, el servicio de Inteligencia de Venezuela. 'Yo soy un abogado corporativo, brother (hermano), dedicado a hacer fusiones, adquisiciones, empresas, nada que ver con este peo (lío) (...) Quienes me pidieron el favor fueron ellos, la Disip y Jorge Rodríguez', señaló Maiónica, según la conversación grabada por Antonini para la Oficina Federal de Investigaciones (FBI). La conversación forma parte de las más de 200 grabaciones que presentó la Fiscalía Federal de EE.UU., en el juicio que se le sigue en Miami al empresario venezolano Franklin Durán, el único de los cinco acusados en el caso que se declaró inocente. Al ex director ejecutivo de la Cámara de Comercio Venezolano-Italiana le iban a pagar supuestamente 400.000 dólares por sus honorarios, pero nunca recibió un centavo de las autoridades venezolanas, según declaró en el juicio de Durán. Pese a su vínculo con la cúpula del poder venezolano, Maiónica sentía desprecio por algunos integrantes del Gobierno a quienes calificaba de 'imbéciles y ridículos', en especial a Rafael Ramírez, el presidente de la estatal Petróleos de Venezuela S.A (PDVSA) y ministro de Energía. Además consideraba que la Inteligencia venezolana 'es una mierda', de acuerdo con otra de las conversaciones grabadas. Maiónica, cuyo padre es de Trieste (Italia), se sabía inexperto en el campo de la conspiración, por eso le pidió a Antonini que si algo salía mal no revelara su nombre. 'Si alguna mala leche ocurre en estos días que faltan para que nosotros tengamos nuestro acuerdo, algo sale mal, echa todo el cuento y dí que te trajeron un abogado de Venezuela y todo. Pero no digas mi nombre. Nada más, para no pasar por lo que tú has pasado porque eso es horrible', solicitó REGRESAR |