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La abstención y la apatía son las triunfadoras en los procesos electorales venezolanos de ámbito regional y local.
Históricamente estas elecciones no motivan a los ciudadanos a expresarse, apatía que contrasta con el hecho de que hasta 1989 los gobernadores de los estados eran seleccionados desde el palacio de Miraflores.
Hace cuatro años la mayoría de los venezolanos no acudieron a votar para elegir a sus gobernadores, legisladores estadales, alcaldes municipales y alcalde Mayor, los cargos a los que hoy se les buscará relevo.
Para esas elecciones -celebradas dos meses y 16 días después del revocatorio presidencial- 55% de los ciudadanos habilitados para votar no se expresaron. En total, dejaron de sufragar 7.821.061 ciudadanos.
El porcentaje de abstención registrado en el año 2004 -para comicios regionales y municipales- sólo ha sido superado por la apatía registrada durante las elecciones de gobernadores convocadas para el año 1995, cuando 5.567.596 electores (59,9% del registro de votantes) dejaron de acudir a las urnas.
En términos porcentuales, a partir de la primera elección para gobernadores, todos los comicios registran índices de abstención superiores a 50%.
La única excepción a esta norma electoral se encuentra en las elecciones regionales del año 1998 -separadas en última instancia de los comicios presidenciales- cuando sólo dejaron de sufragar 4 de cada 10 ciudadanos inscritos para votar.
En el análisis de la abstención no se debe olvidar que entre 1959 y 1998 los venezolanos fueron convocados a votar apenas 15 veces; una cantidad similar a los procesos que se han celebrado en la última década. Sólo en los años 2001, 2002 y 2003 los ciudadanos no han tenido que acudir a las urnas, no obstante.
Deserción comprobada Con la excepción del referendo revocatorio presidencial del año 2004 y la elección presidencial del año 2006, la apatía es la norma que define a los procesos electorales venezolanos.
En el referendo que se convocó en abril del año 1999 para elegir a la Asamblea Nacional Constituyente que redactaría una nueva Carta Magna, dejaron de acudir 6.850.747 personas, (62% de los ciudadanos habilitados para sufragar).
Esta cifra de abstención sugiere que la actual Carta Magna fue redactada por personas que se escogieron sin el concurso de seis de cada 10 venezolanos.
Esta tendencia a no participar en los procesos electorales se mantuvo en el referendo convocado para aprobar la nueva Constitución. En esa oportunidad dejaron de votar 6..041.743 personas, (55,5% de los venezolanos); lo que indica que la Carta Magna vigente se aprobó sin el concurso de cinco de cada 10 electores.
A la relegitimación de poderes del año 2000 -ordenada por la nueva Constitución- no se presentaron 5.120.464 ciudadanos habilitados para sufragar (43,6% del padrón).
Históricamente gana la abstención, no obstante para hoy se prevé -según las estimaciones de intención de voto de las últimas semanas- que la apatía será derrotada, por primera vez, en procesos regionales.
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