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La contundencia de la derrota propinada al oficialismo por la alianza de oposición en la Gobernación del Zulia y en la Alcaldía capital, Maracaibo, dejará una nueva efemérides en la región: El Día del Orgullo Zuliano el 23 de noviembre.
Visiblemente felices, Pablo Pérez, electo nuevo gobernador del Zulia y Manuel Rosales, nuevo alcalde de Maracaibo, no se ahorraron elogios mutuos.
'Este fue un estado que se pretendió aplastar y arrinconar, que se le pretendió desaparecer. El Zulia salió, luchó y el pueblo volvió a ganar', dijo Rosales.
Hace tres semanas desde Maracaibo, el presidente Hugo Chávez en un acto en apoyo al derrotado Gian Carlo Di Martino alertó que 'Maracaibo es el epicentro de la gran batalla moral'.
Ya pasada la medianoche, Manuel Rosales, líder del partido Un Nuevo Tiempo indicó que 'con esto, se abre un nuevo capítulo para el Zulia. El pueblo nunca se enrumbó por los caminos de la maldad, siempre marchó por los caminos de la zulianidad'.
Destacó que 'el Zulia ratificó un liderazgo colectivo. El pueblo zuliano es muy sabio y escogió al mejor gobernador, al mejor gerente, al hombre serio que es Pablo Pérez'.
Añadió que 'Pablo va a seguir una obra que nosotros empezamos, pero también va a iniciar transformaciones para instrumentar nuevas ideas y tiene que ser una gestión mucho mejor que la nuestra'.
'Aprendí 12 años con Manuel' Pablo Pérez manifestó que 'el Zulia es un estado ejemplo para el país. Fue una participación importantísima. Vamos a trabajar como lo aprendí durante 12 años con Manuel Rosales'.
Añadió que 'él será mi gran aliado desde la Alcaldía de Maracaibo. Es mi amigo, mi hermano y mi maestro. Recorrimos todos los rincones de este estado y hoy estamos recibiendo el afecto del pueblo'. Señaló que el cambio en el estado Zulia no se detiene.
'A quienes fueron nuestros adversarios en el proceso electoral, la página pasó. Fue una demostración de que somos un país que ama la democracia Aquí todos cabemos, este será un gobierno de todos los colores y donde no habrá carnets políticos. Seguiremos siendo el orgullo de Venezuela'.
No va a cambiar el resultado Entre las seis y siete de la noche, Rosales se vio obligado a hacer un llamamiento a la calma. Denunció en Maracaibo que 'las triquiñuelas' que el oficialismo intentaba poner en práctica no cambiarían los resultados.
Previamente, a escasos minutos después de las cuatro de la tarde, cuando la ley establece el cierre de las mesas, Julio Borges (Primero Justicia), Henry Ramos Allup (AD) e Ismael García (Podemos), se sucedieron en la palabra en la sede del CNE protestando enérgicamente 'la trampa', 'el fraude' y 'el ventajismo' que, aseguraban, pretendía aplicar el chavismo para extender el horario de votación y revertir así los resultados que le eran adversos al oficialismo.
'¡Estamos ganando en muchos sitios!, en muchos estados. Los digo con responsabilidad, yo soy una persona apegada a la ley. ¡No nos calamos que los compromisos que tuvimos con el CNE no se cumplan!', exclamó muy airado Borges. Tras Borges, Henry Ramos reclamó al CNE que se comportara con imparcialidad y lamentó que el Poder Electoral 'se ponga al servicio del Gobierno porque no son capaces de aguantar una orden de Miraflores'. 'No vamos a aceptar que reviertan los resultados', insistió Ramos.
Mientras, Ismael García insistió en reclamar al CNE que cumpliera los acuerdos. 'Es una situación tramposa, donde se pretende, con argucias tratar de revertir una realidad (....) queremos pedir al CNE que haga respetar esos resultados. ¡Una orden de Miraflores no puede cambiar los resultados! (...) ¡Lo que iba a pasar pasó! Lo que Dios tenía previsto que pasara en Venezuela acaba de ocurrir', dijo García a las 4:15 p.m. A medida que avanzó la tarde, el tono de las denuncias de la oposición varió y la voz alarmante se hizo presente.
A las 7:15, Enrique Márquez (UNT) emplazó al mayor general Jesús González González, jefe del Plan República, a poner orden o despejar la duda de si estaba siendo rebasado por sus subalternos que obstaculizaron el cierre de mesas. Sin embargo, el vocero opositor dejó claro que este comportamiento no era la norma sino la excepción.
Elvia Gómez / Mónica
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