|
|
Para mí estas elecciones no fueron fáciles. Primero que nada no me querían dejar votar porque ya tenía marcado el dedo. Aunque les expliqué que esa era de las pasadas elecciones, no me creían. Logré hacerlo gracias a una testigo que dijo que si me lavaba bien las manos seguro que salía. En efecto, apenas fui al baño y le eché agua y jabón al morado en el acto desapareció. En realidad allí fue que me acordé de que desde diciembre del año pasado no me lavaba las manos.
Otro problema es que como estoy en la zona de la tercera edad no me aceptaban en la cola de la gente que todavía no se va a morir. Prácticamente todos decían que me estaba coleando y algunos molestos hasta me querían sacar a patadas para que me fuera al sitio de coleo legal.
A pesar del disgusto colectivo, considerándome una persona joven me quedé haciendo mi cola bajo sol y agua para demostrar que la democracia sólo se conquista con sacrificios. Por desgracia dentro de la cola la experiencia fue traumática: adelante tenía una chavista y atrás uno de la oposición; además del fastidio de que los dos hablaban hasta por los codos contando sus desgracias, lo inteligentes que eran sus hijos, el drama de la inflación y hasta el color de la pintura de sus casas, a cada rato me mostraban su chuleta explicándome cómo debía votar, lo cual al final logró confundirme haciendo que votara nulo. Aunque reconozco que también fue por el bendito tarjetón, ya que como se me quedaron los anteojos y no distinguía los candidatos con tantas caritas repetidas, marcaba la que no era y de tanto corregir enredé la computadora haciendo colapsar el centro de votación.
Por la gripe que tenía muchos decían que le había pegado el virus al sistema y los dos bandos me acusaban de haber sido enviado por el otro para boicotear las elecciones.
Apenas se restableció el sistema volví a empezar con unos anteojos prestados, pero esta vez la máquina se me trancó porque resulta que tenía las huellas digitales completamente muertas después que las pasé por el cazahuellas, seguro que allí las asesinaron. Como me negaba a irme sin votar, llegamos al acuerdo de que lo hiciera manualmente y así se hizo; considerando que el voto es secreto le dije en el oído a cada uno de los miembros de la mesa el nombre de mis candidatos, los anotaron en un papelito y se comprometieron a sumarlos al final a la hora del escrutinio. Por lo menos eso me dijeron.
De resto todo estuvo bien, fue una jornada cívica ejemplar, lástima que con los resultados favoreciendo a la oposición en las grandes ciudades, los problemas se van a empeorar si el Presidente les niega el situado constitucional como ya lo prometió.
Pero si eso llegara a ocurrir, así como yo logré vencer los inconvenientes para votar, los gobernadores y alcaldes desprovistos de recursos deben aprender a resolverse, por ejemplo, mandando los delincuentes y la basura que les dejaron los chavistas a las alcaldías y gobernaciones que todavía les quedan por un tiempo.
REGRESAR |
*** noticias no disponibles *** |
|