Con pánico fueron a votar el pasado 23 de noviembre, algunos trabajadores de la estatal petrolera con sede en La Campiña, a quienes se les pidió memorizaran el número de su papeleta, para certificar que votaron. Harto se ha dicho que es imposible vulnerar el secreto del voto, pero las experiencias con las listas Tascón y Maisanta y los 18.000 despedidos luego del paro, dejan a la comunidad petrolera, a expensas de los 'esbirros' quienes quieren sembrar terror. A juzgar por los resultados, de muy poco sirvió. REGRESAR |