Solía decirse que las expansiones comerciales no morían de viejas, sino que las mataba la Reserva Federal (Fed). Así las cosas, con el anuncio oficial del 1° de diciembre de que Estados Unidos entró en recesión, la explicación tradicional se está agotando terriblemente.
Aunque es probable que termine siendo una de las recesiones más largas, si acaso no la más prolongada, de la era de la posguerra, el episodio actual se parece más a los bajones de 1990-1991 y 2001, que a los acontecimientos más desgarradores que lo precedieron. Tal como lo apunta Robert Hall, economista de la Universidad de Stanford, las recesiones anteriores, como las de principios de los ochenta, fueron causadas porque la Fed subió las tasas de interés para sofocar la inflación y las mantuvo así, incluso cuando empezó la recesión. En cuanto a la recesión actual y a las dos que le antecedieron, las tasas de interés nunca estuvieron muy elevadas y la Fed comenzó a bajarlas antes de la contracción.
Hall preside el comité de la Junta Nacional de Investigación Económica, una institución académica que declara 'oficialmente' cuándo comienzan y terminan las recesiones. Él alega que el episodio actual encaja en el formato de 'recesión moderna', no sólo por la falta de un desencadenante monetario, sino también por la divergencia entre empleo y producción. Solía ser que el empleo tiempo completo descendía con más lentitud que la producción, pero a partir de 1990 ha caído con la misma velocidad o más rápido. Si bien el empleo ha disminuido consistentemente desde diciembre, el PIB real al tercer trimestre aún se mantenía por encima de su nivel al cierre de 2007.
Aunque la recesión no ha sido mucho más profunda que sus antecesoras, es bastante probable que lo sea para cuando finalice. En la medida en que los bancos se abstengan de invertir con dinero prestado y los precios continúen bajando, el gasto del consumo se mantendrá presionado durante muchos meses. La inversión comercial está en franco retroceso: las órdenes de bienes de capital se hundieron 4% en octubre y la construcción comercial está a punto de sentir los efectos del colapso en el mercado. Las exportaciones recibirán una paliza por la recesión y el dólar más fuerte. Economistas estiman que la recesión continuará hasta mediados de 2009, por lo que sería más larga que las de 1973-1975 y 1981-1982. Es probable que el empleo siga cayendo después de que la recesión concluya oficialmente.
Si la Fed no ocasionó ésta y las dos últimas recesiones, ¿qué lo hizo? En su informe de hace un año, Hall lo denominó 'choques misteriosos'. Ahora bien, no hay tal misterio: tanto en 2001 como ahora, un sector experimentó un exceso de inversión tremendo. En ese entonces fue en tecnología; ahora se trata de bienes raíces. Lo paradójico pudiera ser que el ciclo comercial menos volátil, hasta la fecha, alentó a los inversionistas a asumir mayores riesgos con dinero prestado, lo que subió demasiado los precios de los activos y terminó en un descalabro. Algunos aún le echarán la culpa a la Fed, por no haber desinflado las burbujas de los activos con tasas de interés más altas. En un discurso reciente, Donald Kohn, vicepresidente de la Fed, refutó la acusación, pero se declaró culpable por un cargo menor: al controlar mejor la inflación, los bajos centrales contribuyeron a moderar el ciclo comercial, lo cual alimentó la autocomplacencia de los inversionistas. Por ende, bien pudieron 'contribuir accidentalmente a la crisis actual'. Tal vez la Fed ya no sea el sospechoso principal, pero sigue siendo cómplice. REGRESAR |