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La economía venezolana reflejó una importante desaceleración en 2008, al pasar del 8,4% registrado en 2007 a 4,9% el año pasado, situación que fue calificada por muchos analistas como un enfriamiento económico, debido a que desmejoró el comportamiento de todas las actividades incluyendo el sector financiero.
Cifras suministradas por el Banco Central de Venezuela revelan que tanto la minería como la banca nacional decrecieron con respecto a períodos anteriores. En el caso del sector minero no es una sorpresa este resultado, pero el año pasado el sector financiero cayó 4,5% luego de 5 años de alto crecimiento.
Ello significa que el tamaño del apalancamiento que tuvo la banca sobre la economía fue menor; es decir, acompañó con un menor volumen de créditos al resto de las actividades económicas del país.
Analistas coinciden en que la banca se anticipó a la recesión mundial y a la desaceleración del producto interno bruto al frenar la entrega de créditos, conscientes del menor capital de trabajo y de inversiones que requirió el sector real de la economía.
Otro motivo que contribuyó a la baja en el otorgamiento de créditos en el segundo semestre del año fue la obligatoriedad de la cartera de créditos para algunos sectores (agrícola, microempresas, turístico) que cuentan con una tasa de interés subsidiada y, por ende, representan una menor rentabilidad para la banca. Destacan los analistas que durante la primera parte del año se observa una actividad fuerte en la entrega de este tipo de préstamos, pero luego se reduce el ritmo de crecimiento de la cartera para que el nivel de compromiso sea menor al año siguiente.
Los costos de la banca también aumentaron luego de que se ajustaron hacia el alza las tasas de interés pasivas que pagan las instituciones por los ahorros y depósitos a plazo; sólo hubo un alza en las tasas activas para tarjetas de crédito (fijadas en 33%), por lo que se redujo el diferencial; y buena parte de las comisiones que venían cobrando por servicios fueron reguladas.
En 2008 la banca también se enfrentó a una escasez de liquidez monetaria por la poca colocación de papeles o bonos por parte del Gobierno, por lo que debió incrementar las operaciones de mercado abierto para obtener mayores disponibilidades y crecer con su cartera de inversiones.
En mora Para el analista bancario César Aristimuño el resultado del sector está relacionado con el alza del desempleo, la caída de la actividad económica en general, el incremento en las tasas de interés, la alta inflación y el aumento de la morosidad bancaria.
'Los problemas de mora en la banca sólo han comenzado. Existe un factor ajeno a la administración de las instituciones bancarias como es la caída del crecimiento económico del país', dijo.
Destaca que ante una desaceleración de la economía la percepción de riesgo aumenta, por lo que la banca se anticipa y frena la expansión del crédito, especialmente en aquellos relativos al consumo (tarjetas de crédito, automóviles).
Explica que la calidad de la cartera, y específicamente la morosidad de la cartera de créditos, constituye un aspecto clave para evaluar el desempeño del sector financiero. Un problema de incumplimiento puede traducirse en uno de rentabilidad y liquidez, y finalmente en un problema de solvencia si la institución o instituciones empiezan a generar pérdidas sostenidas y déficit de provisiones.
'2009 se presenta para la banca venezolana como un año de importantes ajustes.
Ya hemos empezado a ver a algunos bancos con ciertos problemas de liquidez y que han recurrido al mercado interbancario, por lo que han tenido que pagar altas tasas de interés', indicó Aristimuño.
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