Ayer desde tempranas horas se pudo presenciar un gran número de autobuses y personas identificadas con la camisa roja del Gobierno en los alrededores de la Plaza Morelos, los cuales a partir de las 11 de la mañana dieron inicio a la movilización cuyo principal objetivo era apoyar la enmienda constitucional.
La movilización contó con la presencia de más de 20 mil personas, pero no por motivación propia, sino porque fueron traídos, prácticamente obligados, desde los diferentes estados del país para representar el Frente de Trabajadores. Destacaron representantes del sector petróleo, siderúrgica, construcción y cultivos, entre otros tantos, sin dejar a un lado las reconocidas misiones.
La marcha partió desde la Plaza Morelos para continuar por las avenidas México y Universidad, pasando por las escaleras de El Calvario, hasta llegar a la Plaza Caracas, en la cual el presidente de la República expresó su acostumbrado discurso, para motivar a los asistentes a votar por el SÍ.
Durante el recorrido se pudo notar caras de cansancio y aburrimiento, y cómo no verlas, si la mayoría de los asistentes pasó toda la noche viajando para poder llegar puntuales a la pauta.
Así mismo, los caminantes aprovecharon la oportunidad para echarse sus traguitos y hacer el recorrido, obligado, menos tedioso. Pero no cumplieron con las órdenes presidenciales, porque así como bebían echaban sus latas y vasos al piso sin tomar en cuenta que existen container para desechar las mismas.
Al transcurrir la movilización, también se pudo observar cómo simpatizantes del Gobierno repartían, agua, bebidas alcohólicas a quien se le acercara, sin tener ningún tipo de control.
No es secreto que está prohibido ingerir licor públicamente, lo que permite seguir opinando que las leyes sólo existen para los que están en contra del proceso.
Dónde estaban las autoridades al momento de la movilización, sencillamente la gran mayoría de los efectivos policiales estaban ubicados en la sede del Consejo Nacional Electoral, ubicado en Plaza Venezuela, a la espera de los estudiantes; mientras que la movilización oficialista sólo contó con la presencia del personal de Tránsito, quienes eran los encargados de desviar los vehículos que deseaban transitar por las conocidas avenidas.
Los asistentes, no sólo se vieron en la obligación de asistir a la movilización, sino que también tuvieron que gritar las populares consignas ¡Uh, ah Chávez no se va! ¡Uh, ah la enmienda SI va! la cual era repetida una y otra vez por voces que pedían, en lo profundo, descansar.
Finalmente, al momento de llegar a la Plaza Caracas parecía un pueblo sin ley, habían personas alcoholizadas por doquier identificados con su camisita roja del Gobierno, vendedores ambulantes que obstruían el paso, y hasta mujeres embarazadas cansadas de caminar por 'apoyar' a su presidente.
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