|
|
|
La madrugada del 4 de febrero de 1992, batallones de la Fuerza Armada Nacional tomaban las inmediaciones de la residencial presidencial La Casona. Tiempo más tarde, su líder, un teniente coronel, vestido de uniforme de campaña, boina roja y de semblante resignado, anunciaba ante los medios de comunicación venezolanos el deponer de las armas.
“Lamentablemente por ahora, no hemos logrado los objetivos que nos propusimos”, así se dio a conocer el teniente coronel Hugo Chávez Frías, el mismo que seis años después, se convertiría en el nuevo presidente de Venezuela y en una de las figuras políticas más conocida de América latina.
Este intento fallido de golpe de Estado, buscaba la salida del entonces presidente venezolano, Carlos Andrés Pérez, quien en medio de una crisis política y económica, se enfrentaba al descontento popular de un sector marginado y olvidado por las elites políticas.
“Recuerdo que lo que más me impresionó de mi viaje a Venezuela después del intento de golpe fue la pasividad –casi complaciente-, con la que reaccionó la mayoría de los venezolanos ante la intentona golpista. Quienes habíamos visto de cerca las dictaduras militares sudamericanas de los años setenta estábamos horrorizados ante lo que acaba de suceder”, recuerda el periodista Andrés Oppenheimer en su libro “Cuentos chinos”.
Durante el siglo XIX se habían desarrollado en el país más de 150 revueltas armadas, una forma usual en la que los venezolanos e incluso los latinoamericanos expresaban su descontento. Luego de ese levantamiento militar, el teniente coronel Hugo Chávez, saldría de la cárcel en 1994 y tras cuatro años de ardua campaña, se convertiría en 1998 en el nuevo presidente venezolano con el 56 por ciento de los votos.
Foto: AFP
La población pensó que había llegado un cambio, y ciertamente fue así, unos dicen que para bien, otros que para mal. “Chávez le habló a un país al que nadie le había hablado”, lo reseñó el escritor mexicano Enrique Krauze.
Los venezolanos pensaron que había llegado alguien capaz de ofrecer un liderazgo diferente, fundamentado en las bases de la democracia, la igualdad y el progreso.
“Sonaba una maravilla, por cierto. Aquella noche de diciembre habló de ser un Presidente para todos, enfocándose fundamentalmente en la resolución urgente de los problemas sociales más sentidos”, recuerda el periodista venezolano Miguel Ángel Rodríguez en una entrevista con Noticias24.
“Frente a ese desmoronamiento la sociedad venezolana no tuvo una elite amplia que pudiera parir un liderazgo amplio para revertir este doloroso retroceso. Allí surge Chávez, no como líder, sino como Mesías. Aplaudido por el pueblo y por las elites. 10 años después se lloran como niños, los valores que no se supieron defender como hombres”, expresa Julio Borges a Noticias24.
En diez años de gobierno, Hugo Chávez fue el impulsor de una nueva Constitución en 1999, en la que se intentó incluir a todos los sectores del país. Fue ratificado en el 2000, ganador de un referéndum revocatorio en el 2004 y reelegido en el 2006.
“Chávez promovió una nueva Constitución que podría haber mejorado notablemente la situación de los derechos humanos en Venezuela (…) Su gobierno ha actuado en sentido contrario, sacrificando garantías fundamentales en función de sus intereses políticos”, denunció José Miguel Vivanco, director para las Américas de HRW, expulsado en septiembre de Venezuela al presentar este informe.
Hechos relevantes han marcado el proceso revolucionario a lo largo de estos años. Una concurrida marcha convocada por un sector de trabajadores públicos del país, en conjunto con la petrolera estatal PDVSA y la industria privada del país, logró reunir quizás la marcha más grande que hasta hoy, ha logrado convocar el sector opositor al presidente Hugo Chávez.
El golpe de Estado del 11, 12 y 13 de abril de 2002, dejó a Hugo Chávez fuera del poder por 48 horas, en una de las huelgas más grandes de la historia venezolana, que dejó a más de diecinueve personas fallecidas y centenares heridas.
“Los eventos relacionados con el 11 de abril, y el paro petrolero (2003), marcaron la polarización y la violencia como factores de lucha de poder. Aún esas cicatrices no han sanado, por lo cual la desconfianza grupal del venezolano y las brechas ideológicas o referenciales de los bandos en disputa, se mantiene elevada”, expresó el abogado Orlado Viera-Blanco.
Para el 2007, se cumpliría la amenaza presidencial: no sería renovada la concesión al canal Radio Caracas Televisión. El 27 de marzo, el canal dejó de transmitir en señal abierta. Miles de personas se volcaron a las calles para manifestar su descontento. Un movimiento que se creía dormido despertó en las aulas universitarias: los jóvenes estudiantes regresaron a participar en el proceso político del país.
Foto: Archivo
El movimiento estudiantil a partir de ese momento, cambiaría el transcurso de los siguientes acontecimientos en el gobierno del presidente Chávez, convirtiéndose quizás en el principal muro de contención entre la sociedad civil y el Gobierno Nacional.
El 2 de diciembre de ese mismo año (2007), sería rechazada en las urnas electorales la Reforma Constitucional impulsada por el presidente Chávez, que entre diversos artículos, ya proponía la posibilidad de reelegirse indefinidamente en el poder. Resultado que le daría su primera derrota electoral desde que asumió el poder, y un duro golpe para las bases de su revolución.
Hoy, dos de febrero de 2009, cumple una década de haber asumido el poder presidencial ante la esperanza de millones de venezolanos. Celebra su aniversario en medio de una campaña electoral para aprobar una Enmienda Constitucional que le proporcionará, la opción de postularse nuevamente como candidato presidencial en las elecciones de 2012.
La mayoría de los opositores lo consideran una propuesta “inconstitucional” porque según ellos, “termina con la pluralidad y la alternabilidad” política del país. Por otro lado, los oficialistas que inagotablemente apoyan al presidente venezolano Hugo Chávez, aseguran que es una oportunidad que permitirá “la ampliación de los derechos políticos”.
Pero, lo cierto es que el próximo 15 de febrero, más de 17 millones de venezolanos decidirán si el presidente Chávez y todos los cargos de elección popular, se podrán postular indefinidamente a sus funciones públicas y será posiblemente, lo que decidirá la vida social y política de Venezuela, en sus próximos diez años.
Han sido hasta ahora, años de constantes campañas políticas y electorales, años de confrontaciones entre sectores que lo apoyan y lo adversan. Hay una Venezuela de rojos y azules. Una Caracas del Este y otra del Oeste. Un país inmensamente polarizado que pide a gritos encontrar la conciliación y la solución a sus verdaderos problemas. REGRESAR |
*** noticias no disponibles *** |
|
