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Cada jugador se colocó en su posición en el campo de juego del estadio Universitario. Debajo de la camisa de la selección de Venezuela cada quien tenía una franela con la cifra de muertos desde 1999 a la fecha. En total 120 mil venezolanos caídos a manos del hampa.
De esa manera los universitarios rindieron, este lunes, un homenaje a los fallecidos, en contraste con la algarabía oficial para celebrar 10 años de la revolución bolivariana.
El dirigente estudiantil de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), David Smolansky, relató que la intención fue recordar el alto grado de inseguridad en el país.
'Con cada jugador en su posición rendimos 10 minutos de silencio y en cada minuto un jugador se quitaba su camiseta. Luego nos retiramos todos y entró el bateador emergente, el cual representa la esperanza y el futuro. Fue un acto contra la violencia', refirió.
El vocero destacó que la inseguridad no distingue color, raza, clase social o bando político. Como jóvenes exigimos que cambie esta situación'.
Otra homenaje a las personas asesinadas fue la frase 'Los muertos no votan'. En clara alusión a que esas 120 mil personas no están porque fueron víctimas de la delincuencia.
Tras haber culminado el pasado viernes la temporada de beisbol, Smolansky precisó que con esa alta cifra de muertos se podría llenar en seis oportunidades el estadio Universitario.
'Es nuestra manera de llamar la atención sobre un tema tan grave como es la inseguridad y de recordar a cada una de las personas que cayeron producto de la delincuencia'.
Clase magistral en la UCV A pesar de la suspensión de actividades en la UCV, un grupo de estudiantes de la Escuela de Medicina Luis Razetti se congregaron en la Tierra de Nadie para recibir una clase magistral, como gesto de protesta a la medida de asueto realizada por el Ejecutivo nacional para celebrar sus 10 años.
'Eso es un llamado a la vagancia y negligencia. Entendemos que el país se saca adelante trabajando y estudiando', declaró el consejero estudiantil Paulo Niño. A la clase magistral fueron invitados todos los estudiantes de esa facultad, y estuvo dirigida por el director Aquiles Salas.
Por su parte, estudiantes de la Monteávila tomaron la plaza Brión como salón de clases para hablar sobre Iberoamérica. Miguel Mareda dijo que la actividad era una protesta a una medida que limita el trabajo y el estudio de la población.
Gustavo Méndez
EL UNIVERSAL
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