|
|
Es muy triste que la intolerancia religiosa se haya introducido como elemento de debate político
No se puede afirmar en términos jurídicos que sea el Gobierno quien promueve la violencia. Sin embargo uno puede hilvanar sospechas que ameritan concluir que si el Gobierno no es el autor directo sí es quien la incentiva desde el más alto nivel, es lento en reaccionar para condenarla y es negligente en el control de grupos anárquicos cuyas actividades son públicas y notorias.
No suscribiríamos una declaración judicial afirmando que hayan sido funcionarios gubernamentales quienes ordenaron y/o perpetraron la profanación en la sinagoga de Maripérez. Es obvio que acciones de ese tipo no se desarrollan ante notario público pero es igualmente obvio que un grupo de facinerosos difícilmente permanecería en el lugar casi cinco horas de no estar seguros de su protección e impunidad, tanto más cuanto que se afirma que en diversos momentos se divisaron patrullas policiales rondando la zona.
Tupamaros, Carapaicas, La Piedrita, Lina Ron, etc., son descritos como grupos que nada tienen que ver ni con el Estado ni con el partido oficialista, sin embargo ellos disponen de motocicletas policiales, granadas, bombas lacrimógenas, armas de guerra, logística y demás parafernalia que difícilmente pueda estar al alcance del ciudadano de a pie. Llama la atención que la Fiscalía y otros organismos utilicen tanta energía y diligencia para investigar una posible 'quema del Ávila' por estudiantes de la Unimet cuando el testimonio gráfico arroja la evidencia de que fueron apenas unas llamas en los pastizales crecidos de un estacionamiento. Lo mismo con la investigación a dirigentes políticos que cometieron el presunto delito de viajar a Puerto Rico en uso de su derecho constitucional de desplazarse a donde les venga en gana y reunirse con quien lo deseen.
Es muy triste, además de novedoso en Venezuela, que el tema del odio racial o la intolerancia religiosa haya sido introducido como elemento del debate político. Nos consta que el tema del Medio Oriente y la cuestión palestino/israelí siempre ha sido objeto de la preocupación de quienes formulaban y ejecutaban la política exterior hasta hace pocos años. Venezuela siempre prefirió mantenerse discretamente neutral (pero no prescindente) aun cuando en ocasiones, sin pantallerismo, se tomó partido por alguna de las opciones.
No se entiende cómo nuestro gobierno haya preferido sumarse militantemente a quienes predican la violencia y el terrorismo (Irán, Hamas, Hezbollah) cuando hacerlo nos opone a nuestros socios árabes de la OPEP que, además de ser vecinos geográficos del conflicto, sostienen la posición contraria a la nuestra que -por otra parte- poco tiene que hacer en tan lejanas latitudes. Ello no significa dar vuelta la cara ante los posibles excesos que se registran en esa convulsionada área del planeta y otra muy distinta es irse de bruces y arrastrar a Venezuela a un 'problema ajeno'.
La sociedad venezolana en su conjunto -por encima de la polarización política circunstancial- quiere paz, sosiego, respeto y cese de los múltiples odios que se han desatado últimamente. Por el bien de todos y hasta del suyo ¡entiéndalo Comandante
REGRESAR |
| Fecha publicada: 07/02/2009 Fuente: El Universal Tema: politica Tags: Judios en Venezuela
NOTICIAS RELACIONADAS |
*** noticias no disponibles *** |
|