En menos de 36 horas abrirán las mesas del próximo evento electoral y la inclinación del voto popular revelará cuál percepción de la realidad ha dominado. La realidad es más fantástica que la ficción. Por ello, en esta competencia electoral lo determinante será cómo se transmitieron los mensajes políticos combinando trozos de información, símbolos y emociones.
Más allá de la propuesta concreta sometida a votaciones, más allá de la manera como se ha formulado la pregunta, más allá de la extensión de la postulación a todos los cargos de elección popular, estas elecciones son otra medición del apoyo o reprobación del Presidente y su proyecto político. Así, quizás fue pensado, y así seguro ha terminado siendo. Pero lo que muy poco se ha notado es que esta es una competencia del Presidente de la República contra sí mismo. Hugo Chávez es el único proponente relevante del Sí y del No.
La oposición realmente cuenta poco. Quizás por ello es que la campaña opositora ha sido tan pobre, económica y conceptualmente. Es vox populi que muy pocos empresarios y financistas han invertido recursos en la campaña de la oposición.
Realmente no tenía sentido invertir en algo que intenta convencer a los convencidos y no sabe cómo convencer al chavismo crítico y a los ni-ni, que son los que al final decidirán. Sólo Hugo Chávez, y su mensaje, convencerán a estos últimos a inclinarse hacia uno u otro lado. Esto es lo que explica los cambios tan drásticos en el mensaje y en los símbolos que maneja el Presidente. A veces es violento y ordena 'gas del bueno' y atropella, y luego es pacífico y respetuoso y diligente en procesar a los violentos.
A veces es radical e intolerante y habla de la destrucción del capitalismo y del exterminio de los opositores, y a los días se muestra tolerante, habla cordialmente con un joven dirigente opositor y critica a los radicales de izquierda. Él sabe que esta es una pelea contra sí mismo: que sus maneras y su proyecto atraen y repelen, que en la balanza está su triunfo en hacer sentir incluidos a los olvidados y su fracaso en hacer que esta inclusión sea sostenible. El resultado del domingo nos dirá cuál Chávez logró convencer más. REGRESAR |