La drástica caída del precio del aluminio, aunada a las carencias crónicas del sector, ha puesto al borde del colapso a las empresas de la Corporación Venezolana de Guayana, hasta el punto de que los trabajadores se muestran dispuestos a ceder beneficios laborales con tal de evitar la quiebra definitiva de las empresas, de acuerdo con lo expresado por Antonio Rivas, secretario general del sindicato de profesionales de Bauxilum.
'Es el momento oportuno para que el Ejecutivo Nacional designe a alguien con poder de decisión que se siente con los trabajadores para buscar una solución definitiva para las empresas del aluminio. Es hora de unir esfuerzos, ya nos comimos las vacas gordas, ahora vienen las flacas por la crisis mundial, que nos agarró en el suelo', sostiene el representante de los profesionales de Bauxilum.
Agrega que los trabajadores de la productora de alúmina están dispuestos a sacrificar beneficios laborales que no tengan que ver con educación, salud y salario, con tal de dar un respiro a las finanzas de la empresa, afectada por la morosidad de sus dos principales clientes: Alcasa y Venalum.
Alcasa no paga desde hace 10 meses a Bauxilum por la alúmina suministrada, de acuerdo con lo expresado por Rivas, lo que ha generado una deuda de 600 millones de bolívares fuertes; mientras que Venalum ha comenzado a acumular morosidad, lo que deja a Bauxilum sin el flujo de caja necesario para operar satisfactoriamente.
Los proveedores y contratistas tienen 9 meses sin cobrar y no se ha dado curso al crédito adicional ofrecido en agosto pasado, para acabar el conflicto laboral que se desarrolló en ese entonces, y que llevó a la paralización de la planta.
En dicho crédito se contempló un monto de 86 millones de bolívares para pagos a proveedores, pero hasta ahora no aparece el dinero y la deuda ha subido a 250 millones de bolívares fuertes, explicó Antonio Rivas.
Improvisación. Para José Gil, secretario general del Sindicato de Alcasa, los trabajadores de esta empresa ya están dando su cuota de sacrificio ante la difícil situación financiera, pues ya dejaron de cobrar beneficios importantes, pero no están de acuerdo con congelar los contratos colectivos, pues del lado de la empresa no se ha visto interés en diseñar un plan general de recuperación De acuerdo con Gil, en Alcasa es normal la improvisación y ya están cansados de los gerentes 'importados' de Caracas, que no conocen el sector.
'Tenemos tiempo pidiendo al Ejecutivo, al ministro Rodolfo Sanz, al presidente de Alcasa, que nos presenten el plan para la recuperación financiera, operativa, gerencial y administrativa de la empresa y no nos responden', sostiene José Gil.
Además de criticar la improvisación, el secretario general de Sintralcasa dijo que hay funcionarios 'incursos en corrupción, que obtienen dinero de las empresas básicas a través de compras de medicinas con sobreprecio. Eso fue denunciado por los trabajadores que lo detectaron, pero el presidente de Alcasa, en vez de resolver, lo que hizo fue confrontar y desconocer al sindicato'.
José Gil considera que la solución estructural para el sector está en la creación de la Corporación del Aluminio, tal como se hizo con la electricidad y la siderúrgica. ' En función de lo positivo de cada empresa, de manera holística, sería conveniente la integración, si tenemos en cuenta las potencialidades de forma individual y las unimos, se repotenciaría en conjunto el sector pues las debilidades de una se compensarían con las fortalezas de la otra'.
En cuanto a una posible división de Alcasa en varias unidades operativas, José Gil cree que no es factible debido a que el diseño de la planta hace que las áreas productivas dependan unas de las otras y no pueden operar separadamente.
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