Antigua es una isla en el Caribe, forma parte del país Antigua y Barbuda. Tiene una población de 68.000 habitantes, aproximadamente, de los cuales más de 24.000 viven en la capital, St. John's. La isla tiene un perímetro de 54 millas y un área de 280 km. Las ciudades más importantes son St John's, Falmouth y Parham. St John's, la capital, está situada al noroeste de la isla, cerca del aeropuerto y el puerto que está preparado para albergar a grandes cruceros. La economía de Antigua se basa en el turismo. Los hoteles están ubicados en la costa y su único aeropuerto está al servicio de grandes compañías como Virgin Atlantic y British Airways. La moneda nacional es dólar del Caribe Oriental. A pesar de ello, la mayoría de los precios son en dólares estadounidenses. Al principio fue habitada por los Siboney, ya que sus asentamientos datan desde el 2.400 A.C. En 1493 Cristóbal Colón llegó a Antigua, quien la bautizó con ese nombre en honor a una iglesia situada en Sevilla (España) llamada Santa María la Antigua. Continuó casi deshabitada hasta 1632, año en que llegaron los británicos a la isla. En 1666 los franceses la tomaron, pero al poco tiempo los ingleses lograron reconquistarla, y luego formalmente por medio del Tratado de Breda. Permaneció bajo control británico hasta que en 1981 Antigua y Barbuda logró la independencia. Se exige un pasaporte en vigor y un billete de vuelta. La duración de la estancia, sin más formalidades, está limitada a 42 días. Los platos locales incluyen pescado seco, guisos de cabra, de pescado o de pollo. Podemos comerlos en los pequeños restaurantes de Saint- John's. Pero la isla puede estar orgullosa de haber acogido a chefs de talento que, a menudo, proponen platos tradicionales de su país y sus creaciones gastronómicas. Se encuentran excelentes restaurantes caribeños, franceses, italianos e indios. El mejor restaurante de la isla, 'Chez Pascal', se encuentra en Galley Bay.
La historia oficial
Hasta el martes de la semana pasada, hablar de Sir Robert Allen Stanford era sinónimo de deporte inglés, fundamentalmente cricket y golf. Sin embargo, el pasado lunes se destapó un fraude financiero de dimensiones mundiales, muy similar al que protagonizó Bernard Madoff, cuya máxima cabeza visible era este caballero inglés, dueño de una empresa de gestión de patrimonio y reconvertido en filántropo. La figura de Stanford es, cuando menos, peculiar. La sede desde donde, presuntamente, ha estafado más de 8.000 millones de dólares (unos 6.400 millones de euros), Texas, la abandonó hace tiempo para vivir entre las islas Vírgenes y Antigua y Barbuda. Según la lista Forbes, Stanford ocupa la 239º de los hombres más ricos del mundo, por lo que pudo dedicar sus esfuerzos y su dinero a patrocinar a diversos deportistas, como los golfistas Vijay Singh (nº 4 del ranking mundial) y Camilo Villegas (nº 9). Además, Stanford comenzó este mismo año un proyecto para fomentar una de sus pasiones, el cricket, en Antigua y Barbuda. Ejemplo de ello fue la creación del evento Stanford Twenty 20/20, un torneo de cricket entre la mejor selección del mundo, Inglaterra, y un equipo de estrellas internacionales, las Stanford Super Stars, cuyo premio para el ganador serían 20 millones de dólares, que él mismo financiaría junto con la federación de las Indas Occidentales de cricket. En su última edición, disputada en noviembre, el premio fue para el combinado de estrellas.
Con la investigación abierta sobre el fraude, la figura de Stanford ha quedado en entredicho, tanto dentro como fuera del deporte, y está por ver todavía la importancia final que adquiere de cara al golf y al cricket.
La otra historia: un soberano estafador
Sir Robert Allen Stanford (nacido el 24 de marzo de 1950) es un destacado recientemente financiero acusado de fraude y violaciones múltiples leyes de valores de los EE.UU., por la SEC. Un tejano de quinta generación que reside en San Croix, Islas Vírgenes de EE.UU., que posee la doble nacionalidad. Para evadir impuestos se ha convertido en un ciudadano de Antigua y Barbuda hace diez años. Stanford fue el primero de América para ser nombrado caballero por la Comunidad nación y fue presentado con el honor por el entonces Gobernador General de Antigua y Barbuda, Sir James Carlisle. Cómo comenzó Stanford, es el presidente de la privada, propiedad en su totalidad de Stanford Financial Group of Companies. Es un furibundo tejano que no se quita la hebillota que le llega hasta más arriba de la barriga. Mujeriego, por supuesto, y un gran bebedor de todas las cervezas de la comarca. Sus primeros pasos no tienen nada que ver con las finanzas, era un instructor de buceo en Miami y de allí salta a montar un gimnasio en Waco, que por supuesto quebró y el propietario lo demandó por 31.800 dólares. Por lo que tuvo que regresar a las faldas de su familia, en la compañía de bienes raíces de su abuelo fundó en 1932. Allí es que comienza su carrera de negocios en Houston, Texas, con su primera fortuna en bienes raíces en la década de 1980.
La imagen capta ricos
Para agarrar presencia social, Stanford y sus empresas han establecido una presencia significativa en el golf, polo, tenis, cricket y la vela, deportes que son populares entre los clientes ricos de Stanford. Stanford Financial Group. Siendo el patrocinador de eventos deportivos tales como el de Stanford EE.UU., Campeonato Abierto de Polo, la Copa de Plata USPA Stanford, Stanford, la Antigua Sailing Week, la PGA Tour de Stanford St. Jude Championship, y el Stanford Internacional Pro-Am. Stanford, creó y financió el Stanford 20/20 torneo de cricket en las Indias Occidentales, para el que construyó su propio terreno en Antigua. En junio del 2008, Stanford y las Juntas de Cricket firmaron un acuerdo para cinco Twenty 20 internacionales entre Inglaterra y las Indias Occidentales de estrellas XI con un fondo total de premios de US$20 millones, para el equipo que ganase el Campeonato. El primer campeonato fue ganado obviamente por Stanford Superstars, que derrotó al equipo de Inglaterra en 10 ventanillas, humillante en el ámbito Veinte 20.
Stanford se ha comprometido a muchas causas caritativas de todo el mundo, incluidos los principales fines de lucro de Stanford, San Jude Children's Research Hospital ubicado en Memphis, Tennessee. Y aunque financia a la universidad de Stanford, la misma niega que tenga que ver con parentesco alguno.
Es el amo de Antigua
Ahora que es rico, le gustan las cosas de canela fina. En Antigua prácticamente es el que manda en esa nación, ya que la cuarta parte de la población depende de sus operaciones. Montó los mejores restaurantes para él y sus amigos, los mejores hoteles, las mejores oficinas, tiene los mejores muebles, puro lujo. Su oficina situada en la calle Pavillion Drive en St. John´s es la más lujosa de toda la nación. Tiene 50 empleados, dirigidos por el presidente del banco, el puertorriqueño Juan Rodríguez Florentino, que labora allí de lunes a viernes y el fin de semana se regresa a su casa. El propio aeropuerto de la isla fue financiado por Stanford. Es que también es aficionado a los buenos aviones, poseyendo seis, siendo el último un Global Express de 45 millones de dólares.
Parrandero, mujeriego y maniático
Tejano millonario, bebedor de cerveza, gastador de real como le da la gana. Parrandero, mujeriego y por supuesto, Republicano. Pero también tiene sus manías. En las fiestas le gusta comer solo, sin nadie al lado. En las reuniones es cuando se sienta al lado de alguien, pero por obligación. Entre sus antojos se compró una pequeña isla pegada a Antigua, al igual que lo hizo su abuelo en Singapur. Se divorció dos veces, tiene una hija y dos varones, pero no le falta una buena compañía femenina, a la que le regala lo que pida. Claro, como los reales no son de él. Donde llega pide cerveza. Llegó como asesor de inversión a Venezuela 14 años atrás y en 2005 decidió adquirir el Banco Galicia para crear un banco comercial orientado al servicio personalizado de los segmentos socioeconómicos A y B: bajo el nombre Stanford Bank. Ha estado en el país unas cuatro o cinco veces, siendo la última vez el año pasado. Normalmente llega en la mañana y se va en la noche, alquilándole los helicópteros a Gustavo Cisneros. Si tiene que pernoctar, se queda en el Marriot o en el Lido. Sus restaurantes preferidos en Caracas son el Malabar, el Lassere y el Moganbo. A los empleados del banco, los premiaba con maravillosos viajes. Se trata de un verdadero genio para las estafas, que por supuesto el próximo miércoles 24 de marzo, con motivo de su cumpleaños 59 lo celebrará en grande. Si no está encanado para esa época. REGRESAR |
