El paradero del magnate texano Allen Stanford, acusado de un fraude masivo que tiene en vilo a cientos de inversionistas en América Latina, se convirtió nuevamente en un misterio luego de que el FBI lo notificara de la demanda pero lo dejara en libertad, dijo Reuters.
Equipos periodísticos mantenían una guardia fuera de la casa de la familia de una mujer señalada como una novia de Stanford, pero no hubo señales de que él hubiera pasado la noche allí.
Funcionarios no precisaron cómo se enteró el FBI de que Stanford se encontraba en Virginia, pero dijeron que no se ha estado escondiendo y que no es un fugitivo.
Allen Stanford es un multimillonario texano de tercera generación, amante de las islas tropicales y de los deportes para ricos, dijo AFP.
Nacido en 1950, Stanford se hizo cargo de la empresa financiera familiar fundada en 1932 en plena depresión, ufanándose de los rígidos principios de su abuelo Lodis: 'Trabajo duro, visión clara, beneficios para los clientes'.
Hoy, el Stanford Financial Group, casa matriz de una nebulosa alrededor de la cual orbitan muchas empresas, reivindica clientes en 140 países, administrando unos 50.000 millones de activos.
Hace unos diez años, este hombre de bigote cuidado obtuvo la ciudadanía del paraíso fiscal antillano de Antigua y Barbuda, donde obtuvo un título nobiliario en 2006, que le fue concedido en presencia del príncipe Eduardo, el tercer hijo de la reina de Inglaterra. Desde entonces, exige ser llamado 'Sir Allen'.
Este residente de St. Croix, en las Islas Vírgenes estadounidenses, multiplica los compromisos filantrópicos que le aseguran diversas distinciones, entre ellas una que le fue conferida en 2006 por la OEA.
En todo caso, ayer el Banco Central del Caribe Oriental dijo que se hará cargo del Bank of Antigua, un banco comercial en la isla caribeña. Dijo que la medida era necesaria en vista de los 'retiros inusuales e importantes'' del Banco de Antigua después de la presentación en Estados Unidos de cargos por fraude contra Stanford, reseñó AP.
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