25 de Abril de 2024  
Acerca de | Mapa del Sitio | Recomiéndenos | Pagina de inicio | Novedades |
2284 webs  
   

Noticias y Titulares de Venezuela


Novedades en Guia.com.ve

Temas
PRINCIPAL

Acerca de Venezuela
Automóviles
Bienes Raices
Comercio Exterior
Comida y bebida
Compra y venta
Computación
Cultura y arte
Deportes
Economía y finanzas
Educación
Emergencias
Empleo y trabajo
Empresas
Entretenimiento
Eventos y fiestas
Franquicias
Gobierno
Hogar
Internacional
Internet
Juegos
Leyes y Trámites
Marketing y Publicidad
Medios de Comunicación
No Gubernamental
Petroleo y Energia
Política
Salud
Sexo
Sucesos
Telecomunicaciones
Transporte
Turismo

ACTUALIDAD
CALENDARIO
NOTICIAS
RANKING
RSS
TIENDA
VIDEOS

IN ENGLISH
De interés



 


La debacle económica que se desató a mediados del año pasado en Estados Unidos, con el derrumbe bursátil de las compañías inmobiliarias Fannie Mae y Freddie Mac, parecía que no tocaría a Venezuela, por lo menos en lo que a sus instituciones bancarias se refería. Pero no fue así. El mercado nacional no fue inmune al crack financiero que afectó a las más importantes instituciones financieras en esa nación y en Europa.

Stanford Group, casa matriz de un conglomerado financiero mayor, del cual forma parte Stanford Bank Venezuela, perteneciente al multimillonario Robert Allen Stanford, incluido en la lista de Forbes como uno de los hombres más ricos del mundo, tardó en ser alcanzado por los órganos reguladores americanos, pero al final llegó su momento.

La denuncia presentada en 2006 ante la SEC, Comisión de Valores de Estados Unidos, por dos ex empleados de su casa de bolsa en Estados Unidos, que lo acusaron de ejercer presión para que realizaran operaciones bursátiles poco éticas, abrieron el camino para que el organismo supervisor del mercado de capitales iniciara una investigación en su contra.

Otros 11 ex empleados se plegaron a la acusación, con lo cual la SEC pasó a contar con 13 testimonios en contra del magnate de las fi









nanzas. La comisión decidió entonces comenzar las investigaciones ese año, las cuales continuaron en 2007 y 2008 hasta principios de 2009, cuando encontró elementos de prueba en su contra.

Madoff encendió las alarmas El antecedente de la estafa del ex presidente del Nasdaq, Bernard Madoff, que fue detenido por el FBI el 12 de diciembre, tras ser acusado por un fraude de 50 millardos de dólares mediante el llamado 'esquema Ponzi gigante' ­un fraude tipo piramidal- y la caída de los precios de bonos, acciones y títulos manejados en el mercado bursátil estadounidense, se sumaron al alerta que la SEC mantenía sobre Allen Stanford, quien ofrecía altos rendimiento por colocaciones en certificados de depósitos que variaban, dependiendo del tiempo, entre 4,5% y 10%. Muy por encima de lo que era la realidad del mercado.

Con elementos de prueba convincentes en la mano, avalados por agentes encubiertos de la SEC, que se hicieron pasar por clientes para llegar a la médula del negocio del conglomerado financiero, la Comisión de Valores decidió iniciar la investigación en contra de Stanford Group y Stanford International Bank (SIB), con sede en Antigua. Se ordenó la apertura de la averiguación el 9 de febrero, pero la información trascendió el 12 de febrero.

¿Y mis ahorros? Apenas se conoció la situación, la intranquilidad asaltó a los ahorristas del banco en el país y a quienes depositaron sus dólares en Stanford International Bank.

El pánico se apoderó de los 10.000 clientes que posee la institución. El recuerdo de la crisis financiera ocurrida en Venezuela entre 1994 y 1995 aún se mantiene vivo.

En aquel entonces el espectáculo fue dantesco. Más de 100 instituciones financieras cayeron una detrás de otra en una situación sin precedente que obligó a la intervención y liquidación de muchas y a la nacionalización y posterior venta de otras.

Ahora ocurría algo parecido, intuyeron los ahorristas del Stanford Bank Venezuela.

Lo que no se imaginaron es que apenas 5 días más tarde, el 17 de febrero, las autoridades estadounidenses acusarían al magnate de fraude continuado por 8 millardos de dólares.

A partir de entonces, el nerviosismo se apoderó de quienes confiaron su dinero a Stanford Bank Venezuela y de quienes colocaron sus dólares en el SIB de Antigua.

Estos últimos, en medio de la euforia por el ofrecimiento de rendimientos superiores a las tasas del mercado estadounidense adquirieron certificados de depósitos con altos retornos, sin contar que no había ningún ente regulador que respaldara sus colocaciones.

El 17 de febrero se produjo una gran corrida de dinero en la entidad venezolana, lo que disparó las alarmas entre las autoridades financieras del país. Los 10.000 ahorristas, pertenecientes a los estratos A y B, según el ministro de Finanzas y Economía, Alí Rodríguez Araque, dieron prioridad en su agenda del día al retiro de sus ahorros.

Las suntuosas 14 agencias de Stanford Bank Venezuela, quizás las más lujosas de todo el mercado bancario, se congestionaron ante la avalancha de personas apostadas allí en demanda de sus ahorros, que apenas representan 0,2 % de los depositantes, lo que se traduce en 542,5 millones de bolívares fuertes. Una parte, la que logró entrar a las sucursales en horario de oficina y la que atinó a hacer transferencias a través de la página web de la institución, recuperó 57 millones de bolívares fuertes.

Ante este hecho, el superintendente bancario, Edgar Hernández Behrens, hizo su primera aparición pública para intentar calmar a los ahorristas. Aseguró que la institución no tenía problemas y que cumplía con todos los índices exigidos por la ley.

Pero sus palabras no tuvieron efecto alguno entre los depositantes. Un día después, el 18 de febrero, los retiros totalizaron 75 millones de bolívares fuertes. No había nada más que pensar. Esa noche se tomó la decisión anunciada a la mañana siguiente por el ministro Rodríguez Araque: El Stanford Bank Venezuela fue intervenido. Cerca de 410,5 millones de bolívares fuertes de ahorristas venezolanos quedaron 'dentro' de la institución.

El hecho de que el banco estuviese muy cerca de salir de la cámara de compensación y ante el desconocimiento del paradero de su dueño, llevaron a las autoridades financieras a decidir la intervención.

Promotor de negocios Transcurría el segundo año de gobierno de Carlos Andrés Pérez cuando el potentado Stanford, en 1990, se estableció en Venezuela por medio de la empresa Guardian International Investment Service C.A., que funcionaba como una oficina de promoción de negocios.

Para entonces, ya existía el banco en Antigua, que había sido llamado por Stanford, Guardian International Bank. En 1994, el magnate decide cambiar los nombres de algunas de sus empresas comerciales y financieras y empieza a imprimirles el sello de Stanford.

Así, la oficina en Caracas pasa a llamarse Stanford Group Venezuela y el banco de Antigua: Stanford International Bank (SIB). Luego, en 1998, sus representantes en Venezuela registran la empresa ante la Comisión Nacional de Valores y la convierten en Asesores de Inversión C.A.

En 2005 irrumpe en el mercado nacional, Stanford Bank, de la mano de Gonzalo Tirado, que se desempeñó como ejecutivo del grupo desde 1992 hasta 2002, cuando pasa a liderar la empresa en el país.

Para poder constituir el banco en territorio venezolano Allen Stanford compra el Banco Galicia, Banco Comercial, una entidad muy pequeña, a la que le cambió el nombre con el visto bueno de las autoridades nacionales. Para entonces fungía como superintendente bancario, Trino Alcides Díaz.

Ese mismo año Tirado abandona el grupo por diferencias con el multimillonario banquero, originadas en el pago de tributos al Seniat.

Empleados de la entidad se vieron implicados en un fraude contra el ente tributario, hecho que Tirado denunció ante José Vielma Mora, superintendente del organismo en aquel momento.

El impasse entre Tirado y Stanford se convirtió en una larga disputa legal, apenas dirimida a comienzos de este mes, cuando ambas partes se comprometieron a cesar en los litigios y no declarar públicamente sobre el acontecimiento.

Antes de que Tirado asumiera la gerencia de la compañía en el país lo hicieron: José de Castro, que fue la primera persona que manejó el grupo, seguido por Oreste Tonarelli, José Joaquín Almedo, Norelys Naranjo, Gilberto Rodríguez, Andrés Arraíz y Álvaro Trillenke.

Stanford Bank se distinguió durante su permanencia en el país por atender un público con alto poder adquisitivo, ese que durante dos días consecutivos se agolpó a las puertas de sus sucursales en búsqueda de sus ahorros.

Hoy no hay colas. La desesperanza y la incógnita sobre qué pasará con los recursos represados allí priva entre los ahorristas.

No hay más opciones. Los depositantes tendrán que esperar a que los integrantes de la junta interventora definan el esquema de su venta. Rodríguez Araque informó que se hará vía subasta pública y que procurarán vender sus activos y pasivos a un banco o a un pool de ellos para que los depositantes sufran lo menos posible.

Hay compradores en cola, aseguró el funcionario que en días pasados había declarado que Venezuela no sería afectada por la situación de los mercados financieros internacionales.

REGRESAR


Fecha publicada: 25/02/2009
Fuente: El Nacional
Tema: economia
Tags: Fraude Stanford y Venezuela


NOTICIAS RELACIONADAS

Noticias por día


*** noticias no disponibles ***
     
 

Copyright 2002-2018 por Guia.com.ve
Su privacidad | Contáctenos

Noticias de Venezuela | Carros en Venezuela | Eventos y fechas de Venezuela | Turismo en Venezuela | Gobierno de Venezuela | Inmuebles en Venezuela | Empresas de Venezuela | Internet en Venezuela