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La querella entre el gobierno y las firmas distribuidoras del arroz revela algunos aspectos interesantes de la realidad. la producción de arroz es insuficiente para cubrir las necesidades de la población y tiene por ende que importarse una cierta cantidad del grano todos los años para cubrir la diferencia. ha revelado esta querella otra faceta de la realidad económica del país. firmas extranjeras como cargill intervienen en el proceso de preparación del arroz, ya cosechado, para ser enviado a los centros de consumo en el país. la cargill es una empresa angloamericana que figura, junto con la nestlé, la philip morris y otras, entre las más poderosas del mundo en el ramo agroalimenticio.
pero, sobre todo, resulta confirmado lo que vengo sosteniendo desde hace meses en estas columnas, la inexistencia de una agricultura que merezca el nombre de tal en venezuela. la única región productora de arroz es hoy, en la práctica, la del sur del guárico, cuyo epicentro es la ciudad de calabozo. merced a las obras de riego y a la infraestructura creada por el estado venezolano a lo largo de varios decenios, calabozo es uno de los bastiones agrícolas, muy mermados ya en su número, que sobreviven a la desaparición de la agricultura en el país. calabozo sigue siendo lo que fue desde que la represa del guárico permitió regar sus secas tierras de llanura
empobrecida. hoy calabozo destaca en el catálogo de nuestras actividades por el vigor de su agricultura que contrasta, en el llano, con la pobreza y el atraso de muchas otras comarcas llaneras.
hay otros centros agrícolas en el país de corte moderno y pujante perfil, pero ya disminuidos o empezando a disminuir. machiques, el vigía y santa bárbara del zulia en la cuenca del lago de maracaibo; guanare, turén y acarigua en portuguesa; güigüe, guacara y villa de cura, en el centro de la república y valle de la pascua en el mismo guárico, son potentes centros agrícolas o ganaderos, pero bastante mermados hoy. en la venezuela petrolera, en este emirato de américa que ha terminado siendo la venezuela de nuestros días, es más cierto que en cualquier otra parte de la tierra, aquel dicho que sostiene que hay una forma grata de arruinarse, las mujeres y otra ingrata, la agricultura.
nadie que tenga dos dedos de frente puede dedicarse a la agricultura o la cría de ganado cuando allí obtendrá ganancias muy inferiores a la tasa media de beneficios. existe en toda economía nacional una tasa media de beneficio que es el promedio de ganancias que rinden las actividades económicas existentes. una actividad que no garantice siquiera una tasa media de beneficio, será desertada por todos. es lo que viene ocurriendo a la agricultura en venezuela. ni francisco de asís, entre los místicos del cristianismo o charles owen el socialista utópico se harían aquí agricultores o criadores. las utopías venezolanas se sitúa siempre en cómodos despachos ubicados en la torre de un edificio de 25 pisos, con aire acondicionado y un 'bell boy' que sirve 'scotcht' de 18 años.
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