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El intercambio comercial entre venezuela y colombia ha crecido en forma arrolladora en los últimos diez años. de un poco más de mil millones de dólares a que montaba el volumen de las transacciones recíprocas entre los dos países en 1999, han pasado a cerca de siete mil millones de dólares en la actualidad. ¿a qué obedece tan intenso salto? hay varias causas que han contribuido a magnificar las relaciones.
la primera de tales causas se refiere a la reciente incapacidad de la menguante agricultura venezolana para abastecer el consumo nacional de alimentos y de materias primas de origen agropecuario. la balanza de comercio, desequilibrada hasta lo inconcebible, así lo sugiere. de los siete mil millones de dólares a que montan las transacciones recíprocas, seis mil corresponden a ventas colombianas en venezuela.
el desastre de nuestra agricultura, hoy inexistente o casi, explica esta relación tan ladeada hacia colombia.
renglones tan deficitarios hoy como el arroz o la carne, en los cuales la producción nacional apenas satisface porciones muy menguadas del consumo nacional, aportaron cuotas superiores al consumo nacional hasta hace pocos años. hace días un aparatoso descubrimiento hecho por el periodista de un diario caraqueño nos reveló en versión casi jocosa esta realidad. el gobierno ha sostenido que el país se abastece de arroz. pocos días después de haber dado declaraciones en tal sentido, la prensa informa que, según pesquisas adelantadas por un reportero, gran parte del arroz que venden en mercal como oriundo del país proviene de estados unidos.
hay otros casos concretos que revelan el abultado índice de abastecimiento con géneros alimenticios de origen extranjero. la leche en polvo ha llegado a alcanzar un coeficiente de participación en el consumo nacional hasta de 80%. la carne, el café, el azúcar y otros rubros que se cultivaban o se obtenían en el país desde los tiempos coloniales, ahora son objeto de un comercio de importación que es inevitable, pues la producción nacional ha menguado en cada uno de ellos hasta lo inverosímil. la agricultura y la cría de venezuela están hoy en los puertos del país. el enemigo militar de nuestro país no necesitaría, en caso de conflicto, librar combates en nuestro territorio. le bastaría bloquear nuestros puertos para desatar el hambre más rotunda en la población nacional.
el colofón de este análisis es inequívoco. cada día seremos más dependientes de las importaciones de productos agrícolas y pecuarios. la soberanía alimentaria de la cual hablan nuestros militares es, frente a las realidades, un triste chiste. la economía de emirato petrolero o mejor, de emirato de segunda, nos condena a traer todos los géneros agrícolas desde el exterior. hablar de soberanía alimentaria es, en la venezuela de hoy, no tener sentido del humor.
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