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Al gobierno con una tasa de cambio oficial en la cual su valor real hace destrozos en el ingreso personal el ahorro y en el flujo de caja de las empresas, y que al mismo tiempo impacta las cuentas fiscales, pero como es un agrio jarabe político, el gobierno ha preferido no morder la bala, no le queda otra que devaluar la tasa de cambio, y en el mejor de los casos establecer, de acuerdo a sus ideología restrictiva, un mercado cambiario de múltiples tasas, o en su defecto, liberar totalmente el mercado cambiario. Dado el impacto fiscal y de balanza de pagos que impondría esas fuertes correcciones tanto en el gasto como en la balanza de pagos, es conveniente que el gobierno prepare una misión de expertos y busque un acuerdo con el FMI, después de todo, el G20 acordó una asistencia financiera de un trillón de dólares para asistir financieramente las naciones en desarrollo. Claro para que esto se lleve a cabo, el gobierno tendrá que recoger mucho del discurso político corrosivo, y si la luna de miel que se observa con el gobierno de Obama quiere mantenerse, nada mejor que un acurdo con el FMI, además que aliviaría las fuertes restricciones que sobre la balanza de pagos imponen CADIVI y el debilitamiento del dólar permuta. La única salida: de la mano del FMI: pero habrán condiciones. El desgaste En esas condiciones anticipadas de balanza de pagos, al gobierno no le queda otra que ir al FMI, por asistencia financiera, aunque sea una anatema político, es un derecho de cada país signatario, y todo se prefigura como la única alternativa para resolver mas llevaderamente la crisis en la balanza de pagos y la crisis fiscal, y detener el colosal endeudamiento de los solicitados 37 mil millones de bolívares -que eran fuertes y hoy son muy débiles- de un masivo endeudamiento que la Asamblea Nacional le aprobó al gobierno sin que mediara el juicio racional y lógico de relaciones económicas básicas. Cualquier análisis económico somero le hubiera indicado al gobierno que ese masivo endeudamiento -aunque pudiera ser un esquema para que el BCV adquiere esos bonos en última instancia- tiene un poderoso efecto contractivo sobre la economía, muele y derrite el ahorro interno, inmoviliza el sector financiero y destruye el crédito a los sectores productivos y con ello limita la demanda de empleo porque lo destruye, y que en todo caso, el orden lógico para recuperar la economía era recortar el gasto público y estimular la inversión privada, y no lo induce el masivo endeudamiento, un brutal 'crawding out físico' que fulminara el aparato productivo. Pero como, decía mu abuela, los comunistas no cosen puntada sin dedal, es probable que la agenda anticapitalista de destrucción de la empresa haya generado este desangramiento económico que trae inflación de dos dígitos medios, devaluación de la tasa de cambio a niveles ya muy superiores a la apuesta del 30% que se pensaba era la devaluación hacia principios de años, y una contracción de la economía con el correspondiente crecimiento del desempleo. A quien culpar entonces ¿?. A los precios del petróleo ¿Pues no el gobierno debe asumir las consecuencias políticas por haber derrochado toda una fortuna de ingreso fiscal petrolero sin control ni contrabalance, de una degradación del gasto púbico y de los ingresos petroleros, de malbaratar y gastar irresponsablemente a toda discreción. Parte de la culpa debe ir a la Asamblea Nacional por abandonarse como cuerpo contrabalance del gobierno y por haberle aprobado el desgaste del ese enorme volumen de ingreso petrolero. ✍ Alexander Guerrero REGRESAR |
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