El incremento de 10% decretado al salario mínimo crea una distorsión en los sueldos de los funcionarios que laboran en la Administración Pública centralizada.
Desde 2006, y tras un retraso de varios años, el Ejecutivo comenzó a decretar anualmente ajustes de sueldos para los trabajadores gubernamentales, pero esta vez esa noticia no llegó.
La situación podría obedecer a la crisis de ingresos que enfrenta el Gobierno tras la caída de los precios petroleros, principal fuente de recursos para el país.
El congelamiento del tabulador salarial del sector público, aunado a la vigencia del primer tramo de aumento de la remuneración básica en el país, ya solapa los sueldos entre los empleados del Gobierno central.
Por ejemplo, ahora los dos primeros niveles de experiencia y antigüedad de los bachilleres de la Administración Pública serán recompensados con 879,16 bolívares fuertes, aun cuando antes del 1° de Mayo entre los dos primeros rangos salariales de los bachilleres existía una diferencia de 10%.
Pero la situación de los obreros es mucho más grave. Tras el ajuste del salario mínimo, los primeros cinco grados del tabulador que rigen para estos trabajadores -representado por el personal no calificado- ahora tendrán un salario de 879,16 bolívares.
Los obreros que sí están calificados devengarán apenas 2,84 bolívares fuertes más que uno no calificado. Con la segunda parte del ajuste al salario mínimo (en septiembre) la situación se agravará todavía más. REGRESAR |