Atados como ningún otro país a la ruleta petrolera los venezolanos respiran aliviados ante el ascenso del barril y confían en que regresen los tiempos de mejoras en el poder de compra y alto consumo, no obstante, hay señales que apuntan a que unas cucharadas de petrodólares no serán suficientes para evadir la desaceleración de la economía.
La cesta petrolera venezolana culmina junio en 62,63 dólares y de continuar en este nivel el precio promedio de este año se ubicaría en torno a 56 dólares, un valor prácticamente idéntico al de 2006, cuando la economía creció 10,3% y el desempleo tendió a la baja.
No obstante, Orlando Ochoa, economista y profesor de la Universidad Católica, afirma que la economía permanecerá estancada con tasas de crecimiento similares al 0,3% del primer trimestre, ante la pérdida de efectividad del gasto público.
Básicamente, sostiene que entre junio de 2006 y mayo de este año la inflación acumula un salto de 97% mientras que el tipo de cambio permanece anclado en 2,15 bolívares por dólar. El resultado, es que cuando el Gobierno cambia los petrodólares en bolívares obtiene monedas y billetes que compran mucho menos y por tanto, ya no existe el mismo combustible para impulsar la economía.
'Lo que puede corregir esto es una devaluación, que ciertamente tendría un impacto recesivo por 12 o 18 meses', dice Orlando Ochoa.
La administración de Hugo Chávez, que hasta ahora ha mantenido la tesis de la inamovilidad del tipo de cambio comienza a ablandar las posiciones. El pasado sábado, Alí Rodríguez, ministro de Finanzas, aseguró en Nueva York que la moneda es una mercancía y que como tal no se pueden descartar ajustes a su precio, 'pero es preciso tomar en cuenta los impactos que se producen'.
Modelo averiado Otro factor a considerar es que aun en el caso de que el petróleo se disparase a precios mucho mayores, hay luces en el tablero que muestran pérdida de efectividad del modelo basado en un esquema donde el Gobierno inyecta altas dosis de recursos para impulsar el consumo y mover el crecimiento.
Por ejemplo, en los primeros nueve meses de 2008 el precio del petróleo venezolano batió récord y se movió en una banda de entre 80 y 129 dólares, sin embargo, la economía comenzó a desacelerarse velozmente.
De hecho, en el primer semestre de 2008, la industria creció 3% versus 7,3% en el mismo lapso de 2007; la construcción 7,4% versus 18,9%; comercio 7% versus 19% e incluso, el sector financiero se contrajo en 3,4%.
Analistas consideran que cuellos de botella generados por el control de precios, el control de cambio y dudas sobre el derecho de propiedad impactan negativamente la producción de las empresas nacionales, lo que tiende a generar alta inflación y bajo crecimiento.
Las proyecciones de Barclays Capital consideran que este año la economía venezolana caerá 2,9% y en 2010 crecerá ligeramente en 1,3%.
Si bien la inflación comienza a moderarse de la mano de la caída en el precio de los alimentos importados, la pérdida de vigor del consumo y la eliminación del impuesto a las transacciones financieras y en los primeros cinco meses de este año acumula un avance de 8,9%, en contraste con 12,4% en el mismo lapso de 2008, la inflación venezolana continuará siendo la más alta del continente americano.
El Ministerio de Finanzas estima una inflación de 28% para el cierre de este año, magnitud que resultaría ligeramente inferior a 30,9% de 2008.
Al mismo tiempo, las últimas previsiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) calculan una inflación promedio de 6% para los países de la región. REGRESAR |