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La cuarta pantalla trajo consigo más de lo que añoraban los teóricos de la comunicación: la verdadera democratización de la información.
La libertad para emitir y seleccionar contenido descarta cualquier posibilidad de hegemonía informativa. El valor de la brevedad, 'decirlo en 140 caracteres', convierte a Twitter en práctica para la concreción que deberían observar quienes aman la discursiva atosigante.
¨La cuarta pantalla ha cambiado, cambia y cambiará la forma en que vivimos¨, oíamos decir hace dos años a Anssi Vanjoki, vicepresidente de Multimedia de Nokia. Chris Hughes, cofundador de Facebook, hablaba hace ocho días de la revolución de la cuarta pantalla. Ambos se referían a los teléfonos 3G (dispositivos multimedia convergentes, full conectividad y acceso directo a redes sociales), una herramienta que posibilita el acceso y disponibilidad de contenido.
'Compartir información real dio a los usuarios el control total y completo de la información', dijo Hughes refiriéndose a Facebook. Crear, interactuar y compartir han hecho de las redes sociales medios de difusión superveloces que saltan cualquier barrera o censura y se convierten en algunos casos en fuente vital de información (ver ejemplos recientes de Irán y Honduras). 'La revolución -dice Hughes- está sucediendo en la distribución de la información'.
Para este innovador de 25 años, la tecnología amplía la toma de mejores decisiones.
Los asistentes a La Cumbre del Futuro, tuvieron la oportunidad de probar uno de estos teléfonos de nueva generación, el A3100 lanzado por Motorola, 'un verdadero smartphone social', dijo Camilo Sánchez
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