El gobierno venezolano viene escalando posiciones en el ranking mundial de países que destinan más recursos a la compra de armamento. La gestión del presidente Hugo Chávez ha dedicado desde 2000 a 2008 un total de 15,69 millardos de dólares al gasto militar, lo que en promedio, durante cada año de gobierno, implica 1,96 millardos de dólares. Pero la magnitud de las cifras contrastan con el desconocimiento de una política militar seria y a largo plazo y, más grave aún, con el desconocimiento sobre el paradero final que parte del armamento pueda tener.
En 2008 Venezuela ejecutó en gasto militar un presupuesto de 1,98 millardos de dólares, de los cuales 733 millones se destinaron exclusivamente a la compra de aviones y misiles. Estos montos llevaron al país de la posición 10 a la 8 en el ranking mundial de los mayores países compradores de armas, por encima incluso de Turquía y Emiratos Árabes, mientras que a escala regional ocupa el primer lugar.
El Instituto Internacional de Investigaciones para la Paz de Estocolmo, Suecia, reporta las estadísticas en su último informe, y de ellas se desprende que desde el año 2000 a la fecha, el promedio anual que el gobierno venezolano ha destinado a la adquisición de equipos bélicos ha sido milmillonaria.
Especialistas en materia militar y jurídica coinciden en que los datos del instituto sueco (Sipri, por sus siglas en inglés), dedicado desde hace cuatro décadas a la investigación sobre conflictos y cooperación internacional, son los más confiables frente al hermetismo que suele imperar en el entorno gubernamental.
Sin embargo, hacen la advertencia de que el Gobierno, durante toda su gestión, no ha entregado información sobre su política de arme y desarme ni mucho menos sobre su plan y política armamentista a largo plazo.
'Lo que criticamos no es que se invierta, sino que no se haya diseñado un plan estratégico militar serio, que permita evaluar cuáles son las principales amenazas para el país.
Venezuela tiene 10 años sin consignar información sobre la incorporación o salida de armas convencionales como camiones blindados, buques de guerra, aviones de transporte y de guerra, sistemas de artillería o sistemas antitanques', dijo Rocío San Miguel, presidenta de la ONG Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa y la Fuerza Armada Nacional.
Los últimos datos sobre Venezuela en el Registro de Armas Convencionales de la ONU se remontan al año 1997, pese a que el organismo ha exhortado a los países a ser lo más transparentes posibles en su política de arme y desarme.
Los expertos coinciden en que la falta de estadísticas es una de las causas por las que Estados Unidos mantiene un embargo de armas contra el país, al considerar que el Gobierno no coopera en la lucha internacional contra el periodismo.
En el caso de Sipri, las estadísticas de Venezuela provienen principalmente de encuestas independientes que hace el organismo a proveedores de equipos bélicos, pero no porque reciba los datos de algún organismo público venezolano.
San Miguel no se opone al derecho soberano que tienen todos los Estados a invertir en defensa, pero reitera su crítica a que no se haya establecido una política de largo plazo en materia armamentista.
El 'fortalecimiento militar' como lo denomina el presidente Hugo Chávez que desarrolla el Estado venezolano tiene como principal aliado a Rusia, que en un periodo de sólo tres años se convirtió en el proveedor número uno de equipos bélicos al país.
Las cifras del Sipri confirman el discurso político con el que Chávez califica a su homólogo Vladimir Putin como su más enérgico socio en el área militar.
Moscú y Caracas firmaron entre 2005 y 2008 contratos por material bélico por un total de 1,944 millardos de dólares.
De ese monto, 4,4 millardos se destinaron a la adquisición, entre 2005 y 2007, de radares, 24 cazas Sukhoi-30, 50 helicópteros y 100.000 fusiles Kalashnikov.
Y más recientemente, el gobierno de Putin concedió un financiamiento por 1 millardo de dólares para la adquisición de nuevo armamento. En esta oportunidad, principalmente tanques tipo BMP3, MPR y T-72, destinados, según informaron los voceros gubernamentales en su momento, a proteger la frontera con Colombia.
El segundo lugar, pero a gran distancia, entre los proveedores, en ese mismo período, fue ocupado por China, que vendió al país equipos militares por 41 millones de dólares. REGRESAR |