Carmen Elena Monroy no ha dejado de llorar desde el viernes pasado. De sus 42 años de edad, tiene 23 en la emisora Metropolitana del estado Miranda, una de las 34 que el gobierno de Hugo Chávez decidió cerrar.
Recuerda que en 1986 se inicio como recepcionista, luego suplió a una secretaria del departamento de Producción, allí se familiarizó con los estudios de radio hasta el punto de hacerse locutora. 'Hice varios programas y leía las noticias, además ayudaba en la parte administrativa', explica.
Su buen trabajo con los números de la empresa, llevaron a su director Omar García, a darle la responsabilidad de la administración de la emisora, cargo que ocupa desde hace 15 años.
Pero Carmen Elena no es la única de su familia que percibía ingresos por el trabajo en la emisora, su esposo y su hija de 13 años, también laboraban allí.
'Mi hija tenía un programa infantil desde hace cinco años', cuenta con nostalgia. El sábado antepasado, Entre Grandes y Chicos -como se llamaba el programa-, salió por última vez al aire.
Su esposo tenía también larga experiencia en la estación radial: un total de 18 años. Trabajaba en la producción del programa de su hija y en otro de música venezolana.
Cerrada la emisora, Carmen Elena no ha tenido tiempo de pensar qué va a hacer su familia para poder subsistir.
'No hemos dejado de llorar. No es fácil para mí. No he hecho sino trabajar en la radio desde que tenía 18 años', dijo.
Explica que por lo pronto, seguirá en la parte administrativa ayudando con la cancelación de las prestaciones y de las cuentas pendientes, pero no se ha sentado a meditar que hará luego de que concluya esa tarea.
'En la emisora muchos tenemos el entorno familiar afectado, por ejemplo, mi asistente está casado con un locutor, la familia de un productor nacional independiente tiene a toda su familia trabajando', indicó.
Carmen, su esposo e hija, integran las 700 personas que se quedan sin empleo en aras de la 'democratización del espectro'. REGRESAR |