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Los gobiernos absolutistas pretenden concentrar todas las facultades en una sola mano. Disfrazados, amparándose en las oportunidades que sin ningún regateo les ofreció la democracia, sus corifeos acceden al poder y en su nombre concentran todas las facultades en una sola mano. Pero ese no es el sistema verdadero en el que florece, por encima de todo, la libertad.
El poder democrático auténtico es el ejercicio de un gobierno por dos o más poderes. Uno que ejecuta y administra y otro que legisla y controla. Esto no existe hoy en el país. Y los periodistas, mañana, tarde y noche nos hemos impuesto la tarea de recordárselo a los venezolanos, para que no olviden estos principios.
Jóvito Villalba, el gran tribuno, lo señaló de manera certera, medio siglo atrás en un memorable discurso que pronunció en el Congreso de la época.
- Esa concentración de poder es muy peligrosa -advirtió- porque gente no acostumbrada a la vida democrática o interesada en que no prospere un gobierno democrático, el día en que desaparezca el sistema de los dos poderes y quede uno solo en pie, vendrá la censura de prensa.
Las primeras víctimas serán los periodistas. Y eso ha venido ocurriendo y en tal medida, que un legislador valenciano, días atrás, propuso que fuesen arrestados los columnistas 'que se metan con el actual mandatario'. ¡Una guará! Como dirían los barquisimetanos.
Faltaba la joya de la Fiscalía General de la República, el proyecto de ley especial de delitos mediáticos que sometió a la consideración de la Asamblea Nacional y que es, como todos saben, un tiro al piso y la no menos extraordinaria medida del ministro de Obras Públicas y Vivienda de sacar del aire treinta y cuatro emisoras de radio como primer paso para cerrar otras ciento veinte, que están como quien dice, en salmuera y en observación o más bien, en terapia intensiva, las del espectro televisivo, nacional e internacional. Todo un acontecimiento. Regocijo del mundo.
Admiración de las naciones.
Demostración incontrastable de lo que es una verdadera democracia. Gloria in excelsis deo.
Do ut des. O como decía Andrés Eloy cuando no le daban la palabra en el Congreso: 'Te espero en la bajadita'.
Omar Pérez REGRESAR |
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