El presidente Chávez puso en ejecución su plan Colombia Cero, que paraliza las relaciones comerciales, y Colombia insiste en el caso de los lanzacohetes decomisados. Esta es una de las crisis más serias con el vecino país, pero al final estamos muy lejos de una confrontación bélica
Congeladas las relaciones políticas y comerciales entre Colombia y Venezuela, aunque aún sin un oficial cierre de fronteras, la relación entre ambos países pasa por su enésima diferencia desde que Hugo Chávez preside el gobierno venezolano. Esta vez fue Uribe que firmó un incómodo acuerdo con Estados Unidos para prestar al menos 7 bases militares a esta nación en territorio del vecino país, desatando la polémica y además desempolvando una acusación, con presuntas pruebas, de que el Gobierno venezolano habría entregado armas a las FARC.
Venezuela, como era de esperarse, se defendió con todo lo que tenía y, aunque se trató de una decisión arriesgada la de congelar relaciones con Colombia, sobretodo por el aspecto comercial en el que Venezuela es fuertemente dependiente del vecino país, pareciera que por nivel de conflictividad en las relaciones, este roce sí será para largo. Hoy, otra vez, ambos Presidentes no se hablan.
En la última rueda de prensa para corresponsales extranjeros, Chávez, tras rebatir las pruebas que Colombia tiene sobre la entrega de armas venezolanas a las FARC por parte de su Gobierno, alertó sobre la presencia de las bases norteamericanas en territorio colombiano en el sentido de que éstas podrían desatar una guerra en Suramérica, para el mandatario, la política de Obama es la misma que la de Bush y que “en vez de enviar más soldados, más armas y más dinero a Colombia para que haya más guerra y más muerte, debe hacerle ver a Colombia que podría ponerse al frente de un proceso de paz”.
Sin embargo Colombia insiste en sus acusaciones y ya ha dado nombres de quienes presuntamente fueron los responsables de entregar las armas al grupo guerrillero, como relata la prestigiosa revista de periodismo investigativo, Cambio, con información conseguida a través de un equipo del servicio de seguridad colombiano que afirma que “no sólo es cierto que el general (Hugo Armando) Carvajal, director de Inteligencia Militar de Venezuela, ha tenido que ver con la entrega de armas y pertrechos a las FARC, sino que ha estado involucrado en operaciones hechas desde suelo venezolano por narcotraficantes asociados a la guerrilla.
Por la misma razón figuran en la lista de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, otros dos ex funcionarios del gobierno de Chávez: Henry de Jesús Rangel, ex director de la Policía Política, Disip, y el capitán de navío (r) Ramón Emilio Rodríguez Chacín, ex ministro de Justicia y del Interior”.
Las fuentes que alimentan esta información son en gran parte norteamericanas y aseguran que tanto Carvajal como Rangel y Rodríguez, hicieron fluir el tráfico de armas y drogas a través de un cartel de narcos en Arauca, al que se le conocía como el “clan de los hermanos Ríos”, organización que desde los 90 financió el frente décimo de las FARC que comandaba Tomás Medina Caracas el negro Acacio.
Esta información estaría compilándose en un dossier que se presentaría a la comunidad internacional por parte de Colombia para demostrar que las pruebas de las vinculaciones del gobierno venezolano con las FARC, no sólo están en las computadoras de Reyes y para esto cuentan con una fuente de nombre Germán Arturo Rodríguez Ataya, un piloto capturado en 2005 trabajando con el cartel de los Ríos y las FARC en el transporte de droga y guerrilleros heridos en combate. Éste dio las coordenadas de los campamentos de las FARC en territorio venezolano y, como reza en Cambio, “entregó fotografías de los contactos hechos con oficiales de la Guardia Venezolana que, por orden de Carvajal, habrían entregado el armamento”.
Uribe no se detiene
Douglas Frasier, jefe del Comando Sur de Estados Unidos, ha dicho que “ya existen militares estadounidenses que están trabajando en colaboración, eso es muy abierto y es coordinado con el Congreso de Estados Unidos, ese tipo de coordinación va a permanecer”, dejando claro que, sea cual sea la respuesta de los Presidentes vecinos de Colombia, la colocación de las bases, va.
Además el uso de instalaciones no será exclusivo de los 7 puntos que Uribe ha nombrado a sus pares de otros países latinoamericanos, sino que el acuerdo reserva la potestad del aterrizaje de aeronaves norteamericanas en los sitios que ese país crea conveniente, siempre y cuando la justificación sea por alguna operación antinarcóticos en desarrollo, Padilla León habría dicho a El Tiempo que “el uso de las bases depende de las necesidades y requerimientos geográficos y técnicos que tenga el personal estadounidense”.
Al momento de redactar esta nota, a Uribe sólo le restaba por visitar a Lula en Brasil para explicar este acuerdo con Estados Unidos, de cuya gira lo máximo que ha logrado es el apoyo pleno de Alan García en Perú y el “respeto” por parte del resto de los mandatarios a la soberanía colombiana.
Tanto el Primer Mandatario de Paraguay, como Michelle Bachelet en Chile, coincidieron en respetar la soberanía y las decisiones políticas de cada país. Desde Argentina el tono fue parecido pero se recomendó “bajar el conflicto en la región” y reconocieron que este acuerdo “no colabora con este objetivo”. A su vez, Tabaré Vázquez y su gobierno no se han manifestado sobre la reunión con Uribe, pero es conocido que la coalición uruguaya de izquierda Frente Amplio, no ve con buenos ojos la presencia militar estadounidense en la región.
Chávez dixit
El presidente venezolano, justificó en la rueda de prensa que sólo dio a corresponsales extranjeros, que los lanzacohetes que tenían las FARC y que pertenecían al Ejército venezolano llegaron a la guerrilla luego de que fueran robados durante un ataque que éstas realizaran en 1995 a la base naval venezolana de Cararabo, en Apure.
Sin embargo, tanto la revista Cambio, como fuentes periodísticas que cubrieron el suceso, consultadas por Quinto Día, refieren que ese ataque no fue obra de las FARC, sino del Ejército de Liberación Nacional (ELN), por lo que coloca ae dato de Chávez como inválido. Más difícil será aclarar si esas armas estuvieron en algún momento en Cararabo. REGRESAR |
