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Los medios, todos, tienen que ser corajudos, no autocensurarse ni aceptar pisotones
Aunque tímida en su presentación al cuerpo de legisladores que ilumina con su vasta inteligencia el palacio legislativo, Doña Luisa Ortega Díaz, Fiscal General de la República, se lució en el texto de la Ley de Delitos Mediáticos. La nueva pieza del portafolio legal revolucionario es un primor, una obra maestra de la inventiva de este libertario régimen, una invalorable contribución de este gobierno tan 'progre' al campo de las ideas. Con esa novísima ley se nos pisotea a los ciudadanos, legalmente. Es decir, con permiso y autoridad. Se pisotea también la Constitución y nuestro derecho legítimo a decir aquello en lo que creemos y por lo que luchamos, a saber, un país democrático donde no haya cabida para esbirros del pensamiento. Ña' Luisa es una secuaz a sueldo de este régimen oprobioso. Su texto legaliza la barbarie.
Horas después del anuncio de Ña' Luisa, Diosdado, esbirro mayor, ordenó el cierre de un montón de emisoras de radio, condenando así a la pena perpetua de silencio a quienes por ese medio se atreven a quejarse, a contrariar, a denunciar. Y este sicariato apenas comienza.
La andanada de 'acciones bélicas' no busca la hegemonía comunicacional, como algunos ingenuamente apuntan. El fin de estos aberrantes ataques es apuntalar la verdadera hegemonía que necesita el régimen, la política. Se acaba de aprobar en ese zoológico de focas que es la AN la más degradante Ley de Procesos Electorales. Pero esa ley, aun siendo un utensilio de perversidad, sería inútil si los ciudadanos votan por quienes ofrecemos una alternativa a este desastre. Saben Chávez y sus secuaces que cada día la gente se 'apercata' que se está destruyendo el país y acabando con las posibilidades de un buen futuro. Entonces, cerrarle las compuertas a la comunicación libre es la vía para dificultar a los electores enterarse de quiénes serán los candidatos en las elecciones.
¿Se puede superar estos escollos? Sí. Quienes escribimos y hablamos debemos seguir haciéndolo, así nos cueste mayor persecución de la que ya sufrimos. Los medios, todos, tienen que ser corajudos, no autocensurarse ni aceptar pisotones, aunque ello suponga no pocas crisis económicas. Los aspirantes a curules, o corren o se encaraman. Y los ciudadanos a no dejarse pisotear por el silencio indigno y procaz que quieren imponernos. Al 'pisoteando', que es gerundio, hay que responder con 'rebelándonos', que también lo es.
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Concejal El Hatillo - UNT
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