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¿Hay cosas qué cambiar? Seguro que sí, pero la libertad es sagrada
La arremetida de este gobierno contra las emisoras de radio es algo inconcebible en un país moderno y democrático. Al igual que usted y que la inmensa mayoría del pueblo, yo soy un beneficiado de la radio, instrumento íntimo que nos da la posibilidad de interactuar en comunidad como ningún otro medio, incluyendo Internet con sus variantes como Twitter, Facebook, etc.
Pero uno se pregunta & ¿Por qué?... ¿Por qué a una pequeña radioemisora del interior que trabaja en beneficio para la comunidad la cierran sabiendo que es el sustento de una familia de clase media? ¿Por qué fueron cerradas solamente las radios que generan una matriz de opinión diferente a la ideología del Gobierno? ¿Es obligado ser comunista o socialista y pensar como piensa el Presidente y sus adeptos para mantener una radioemisora al aire? ¿Y no alinearse, igual es un delito?, todas estas preguntas están en boca de la gente común.
Lo que más me conmueve es ver la actitud de algunos artistas que apoyan esta medida. La mayoría de ellos han sacado provecho de la radio y la televisión en sus carreras y tienen el 'tupé' de afirmar que no han tenido nunca una oportunidad, y que solo un grupito se ha favorecido, como los dueños o los 'amigos' de los dueños. Nada más lejos de la verdad. Si bien es cierto que en algún momento muchos artistas no hemos tenido acceso a las radios o a las televisoras, ya sea porque no es nuestro trabajo o por que no somos artistas comerciales, bien lejos estamos en tomar una posición que denigre de estos medios; cada quien debe estar consciente de la excelencia o mediocridad de su trabajo y si la difusión del mismo le es beneficiosa o no. Imagínense a un médico intensivista todo el día en la radio haciéndose propaganda o furioso porque no divulgan su trabajo. Eso es lo que no toleran algunos artistas, a lo mejor mediocres o a lo mejor buenos, pero que confunden su trabajo y calidad artística con la difusión y promoción de su obra y el no haber sido apoyados en algún momento les produce un gran resentimiento que los lleva a creer que esta medida es justa y necesaria; la verdad es que el nivel de autoengaño en unos y de cinismo en otros es impresionante. He visto por la televisión declaraciones a favor de esta medida por parte de artistas consagrados en telenovelas generadas en canales privados, así como cineastas, músicos y artistas plásticos que fueron más que promocionados por televisoras y emisoras de radio que han sido ahora cerradas o están amenazadas de cierre. ¡Cómo es eso posible! Ya quisiera yo en mis cuarenta años de carrera en la cultura que me hubieran dado un programa de radio o de televisión o hubiese tenido la fortuna de tener una disquera por detrás apoyándome.
Mi carrera como músico y productor, tanto nacional como internacional, así como mis veintitrés CD's grabados, son producto de mi dedicación y esfuerzo y les agradezco infinitamente a los periodistas, locutores y a los medios en general que se hayan tomado la molestia de difundir mi trabajo cuando ellos así lo consideraron, ya que esto no es obligado. ¿Hay cosas qué cambiar? Seguro que sí, pero la libertad es sagrada. Así que a mis colegas artistas vean bien cuánto vale tener los medios de comunicación libres y no aferrados a un 'pensamiento político único'. No esperen el momento en que ni siquiera por haber sido afecto a las ideas del gobierno, decidan no difundir o promocionar su trabajo, porque ese día les puede llegar y para entonces no sé lo que quedará de la radio.
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